Malta (Miércoles, 03-07-2019, Gaudium Press) La República de Malta, la pequeña isla mediterránea con gran historia católica y protagonismo en la defensa de la fe contra las invasiones musulmanas conserva un colorido festival cuyo origen se remonta la época de los Caballeros de San Juan de Jerusalén (Hospitalarios) y que celebra la fiesta de los Santos Pedro y Pablo, pilares de la Iglesia. Bajo el nombre de «L-Imnarja», la celebración honra a estos Santos Apóstoles y revive las tradiciones culturales más características del país.
Eucaristía Pontificial en la Basílica de los Santos Pedro y Pablo en Nadur, Malta. Foto: Parroquia de Nadur. |
La plataforma Liturgical Arts Journal destacó esta celebración por la notable belleza de las expresiones de devoción a los Santos en las calles y la notoria solemnidad de las celebraciones litúrgicas que constituyen el centro de las manifestaciones de fe. La Basílica de los Santos Pedro y Pablo en Nadur compartió una serie de fotografías divulgadas por la revista virtual como ejemplo para otras celebraciones solemnes.
«No voy a proveer una gran cantidad de comentarios en este lugar», advirtió el autor Shawn Tribe sobre la publicación de las imágenes de la solemnidad. «En su lugar, motivaría a los lectores a digerirlo todo. Esta es la forma como las grandes fiestas deberían ser celebradas». Las imágenes ciertamente ofrecen una perspectiva del esfuerzo y dedicación de los fieles con motivo de la fiesta, así como del esmero de los celebrantes en rendir un culto digno durante la solemnidad.
Imágenes de la Traslación, una de las celebraciones centrales de la fiesta de San Pedro y San Pablo en Malta. Fotos: Parroquia de Nadur. |
La relación de la isla de Malta con el Apóstol San Pablo se produjo al naufragar el Santo durante su viaje de Cesarea a Roma y llegar al territorio en un lugar que se llama hoy San Pawl il-Bahar (Bahía de San Pablo). Este hecho está registrado en los Hechos de los Apóstoles y significó la llegada de la fe cristiana al territorio. En la Edad Media, la bahía tuvo que ser abandonada por los ataques de los corsarios, y su control fue recuperado por parte de la Orden de San Juan, que construyó un número de fortificaciones en el área que se convertiría en un importante puerto siglos después.
Con información de Liturgical Arts Journal.
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