Roma (Jueves, 04-07-2019, Gaudium Press) La noticia de la próxima canonización del Cardenal John Henry Newman el próximo 13 de octubre ha dado la vuelta por el mundo. Junto a él, también serán canonizados otros cuatro beatos: Maria Teresa Chiramel Mankidiyan, Dulce Lopes Pontes, Margarita Bays, y la Madre Giuseppina Vannini, Fundadora de la Congregación de las Hijas de San Camilo, a quien dedicaremos el presente artículo.
El anuncio de la inminente canonización de la religiosa nacida en el corazón de Roma llenó de alegría a la Congregación por ella fundada. Así lo ha manifestado la Hermana Bernardette Rosoni, postuladora de las causas de canonización de las Hijas de San Camilo, quien es citada por la agencia SIR: «Hemos vivido este anuncio como un momento de gran alegría. Después de San Camilo, Madre Giuseppina Vannini es la primera santa de nuestra orden».
La Hermana Rosoni se ha referido también al testimonio de santidad que dejó la próxima santa, sobre todo en la atención a los enfermos y más necesitados: «‘Cuida a los pobres enfermos con el mismo amor, como si una madre amorosa cuidase de su único hijo enfermo’. Es el mandato que nos ha dejado Madre Vannini y que aún vivimos hoy en el mundo».
Madre Giuseppina Vannini nació en Roma en 1859. La Congregación por ella fundada está presente en el mundo teniendo como slogan la caridad. |
«Su fidelidad a la cruz, la fidelidad al servicio incluso a costa del sacrificio, es esta fidelidad que hoy nos atrae mucho, junto a las palabras que a menudo repetía a sus hermanas: ‘La caridad sea su slogan'», ha añadido.
Madre Giuseppina Vannini nació entre la Plaza de España y Trinidad del Monte en Roma el 7 de julio de 1859. Quedó huérfana a temprana edad, siendo pronto confiada a los cuidados de las hermanas vicentinas, quienes fueron su familia por 17 años.
Su cercanía a la vida consagrada hizo crecer en la joven Giuseppina el deseo entrar pronto a la vida religiosa. Desafortunadamente su camino de discernimiento vocacional encontró varias dificultades. Debió vivir con su tía y sus dos hermanos, quienes trataron de convencerla de abandonar la idea de hacerse religiosa. Pero cuando cumplió 32 años de edad un encuentro con el Padre Luigi Tezza cambió su vida.
Los camilianos, comunidad que se dedica al apostolado hospitalario, habían encargado al sacerdote la formación de una comunidad religiosa femenina que compartirse su misa espiritualidad. Durante un encuentro en Roma, éste le propuso a Giuseppina restaurar las Terciarias de San Camilo, un trabajo que Giuseppina acogió con gran amor fundando a las Hijas de Sam Camilo el 2 de febrero de 1892.
Madre Giuseppina difunde el Instituto en Roma, Italia, Francia, Bélgica y Suramérica. Un carisma que aún está vivo y presente en el mundo, y que tiene su fuente en el Sagrado Corazón de Jesús, manifestándose en la caridad hacia los enfermos y pobres.
«Recientemente se abrió una casa en Paraguay donde las hermanas nos hablaron de una realidad muy atrasada y donde nuestro servicio comienza con una buena educación sanitaria. En África tratamos principalmente con mujeres jóvenes acompañadas durante el embarazo, desde la gestación hasta los primeros meses después del parto. En India la urgencia se dirige a los niños discapacitados que son abandonados por sus padres debido a su condición. En cada persona vemos a Cristo que tiene necesidad de cuidado», ha indicado la Hermana Rosoni.
La fundadora de la Congregación de las Hijas de San Camilo falleció en Roma en olor de santidad el 23 de febrero de 1911. Fue beatificada el 16 de octubre de 1994 por San Juan Pablo II.
Con información de SIR.
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