Concepción (Lunes, 02-11-2009, Gaudium Press) Cientos de niños y niñas se congregaron el sábado 31 en la Catedral de la ciudad para celebrar la vida y dar gracias a Dios por el hermoso don de la santidad que nos ha regalado. Bajo el lema «Discípulos y Misioneros de Jesús», los pequeños fieles participaron de la alegre eucaristía que fue presidida por el Arzobispo de Concepción, monseñor Ricardo Ezzati.
Disfrazados de ángeles, religiosos, santos y santas populares, y otros personajes alegres fueron llegando cientos de niños para participar en la «Celebración de la Vida», y marcar la pauta respecto a la «fiesta de brujas» que cada año en esta fecha se quiere tomar las calles a través de sus signos de muerte. La actividad fue coordinada por la Pastoral de la Infancia Arquidiocesana junto a la Vicaría de la Educación.
En su homilía, monseñor Ezzati señaló que «la fiesta de Todos los Santos es la fiesta de la Iglesia; es la fiesta de todos los bautizados, de los que han alcanzado la vida definitiva en Dios o quienes estamos caminando hacia allá, la vida justamente de santos. Es decir, una vida feliz, plena, una vida colmada de la gracia del Señor y vale la pena celebrarla y la queremos celebrar con los signos de la vida y no con los signos de la muerte. Esta manifestación gozosa de los niños, que se contrapone a otros signos del mundo, es también una profecía para el mundo adulto».
Por su parte, el asesor de la Pastoral de Infancia, presbítero Claudio Alarcón afirmó que: «Este año quisimos acompañarlos e invitar a otros colegios. La idea es mostrar signos de vida y no signos de muerte que Halloween quisiera hacernos pensar. Queremos cambiarlos por signos de alegría, signos de esperanza y por eso los niños están vestidos de diferentes maneras, porque queremos mostrar la esperanza puesta en Dios y que Dios quiere para nosotros».
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