Redacción (Viernes, 05-07-2019, Gaudium Press) El próximo 13 de octubre Roma vivirá la canonización de cinco nuevos santos. El nombre más llamativo es el del Cardenal inglés John Henry Newman, converso al catolicismo. Pero también será canonizada la Beata Mariam Thresia Chiramel Mankidiyan -María Teresa-, religiosa de origen indio que fundó la Congregación de las Hermanas de la Sagrada Familia.
El testimonio de santidad de la beata es muy especial, ya que además de entregar su vida a los más necesitados, tuvo varias visiones místicas, fue consolada por la Virgen, recibió los estigmas y venció el acoso del maligno.
Se le considera la precursora de la Madre Teresa. |
María Teresa, quien nació en Puthenchira, en el estado de Kerala, India, el 26 de abril de 1876, es considerada la precursora de la Madre Teresa de Calcuta. No en vano Mons. Pazhayattil, obispo indio que falleció en 2016, dijo sobre la próxima santa: «se asemeja a Madre Teresa de Calcuta. Además de que comparten el mismo nombre, tienen en común no solo el haber fundado una congregación religiosa, sino, sobre todo, que ambas se caracterizaron por el servicio en favor de los más marginados, los pobres, los enfermos y los moribundos».
Su nombre de pila era Teresa, pero años más tarde añadió el nombre de María cuando le preguntó a la Virgen -quien le prodigaba con frecuencia sus consuelos- qué nombre debería llevar; Nuestra Señora le respondió que María.
Perteneció a una familia humilde, siendo la tercera de un hogar de cinco hijos. Fue creciendo con un gran anhelo en el corazón de amar a Dios, un amor que manifestaba con el rezo diario del Santo Rosario, incluso varias veces al día, y la asistencia diaria a la Misa. Desde chica se mostró más preocupada por las cosas de Dios, tanto así que solía dejar los juegos infantiles para estar en oración, realizaba sacrificios, vigilias y ayunos. A sus 10 años de edad decidió consagrar su virginidad a Dios.
Cuando cumplió 12 quedó huérfana de madre, y en 1891, a la edad de 15, abandona su casa para dedicarse a la vida eremítica. Desafortunadamente no pudo cumplir este propósito, por lo que decidió insertarse en la parroquia.
En este camino, y junto a tres compañeras, se dedica a los más pobres y marginados de Kerala, al tiempo que ofrecía penitencias y oraciones por la conversión de los pecadores.
En 1903 manifiesta al vicario apostólico de Trichur su anhelo de fundar una casa de oración y retiro, pero le sugieren ingresar al convento de las clarisas, siendo remitida luego al convento de las carmelitas de Ollur. En ambos conventos se dio cuenta que su vocación no estaba en ninguno de estos carismas: Su corazón anhelaba consolar y acompañar a los moribundos, por quienes oraba y ofrecía sus sacrificios.
El Obispo constata que Dios quería suscitar a través de María Teresa una nueva fundación, naciendo así la Congregación de la Sagrada Familia que fue erigida canónicamente el 14 de mayo de 1914.
La Beata María Teresa también recibió en su vida diversos favores místicos de Dios, entre ellos varias visiones de Nuestra Señora y los santos, así como los estigmas de Nuestro Señor Jesucristo, los cuales mantuvo en secreto. En un primer momento dudaron de la autenticidad de estos fenómenos, por lo que fue sometida a varios exorcismos. También se vio fuertemente atacada por el demonio que buscaba doblegar su anhelo de seguir a Dios, sin embargo salió vencedora de esta batalla.
La beata falleció el 8 de junio de 1926, por causa de una caída y una diabetes que padecía. Fue beatificada por San Juan Pablo II el 9 de abril del año 2000.
Con información de Zenit y Aciprensa.
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