Chiquinquirá (Domingo, 07-07-2019, Gaudium Press) En el saludo inicial, al comienzo de la eucaristía que concluyó con el descendimiento del cuadro de la Virgen de Chiquinquirá -dando inicio a las ceremonias por los 100 años de su coronación canónica-, el nuncio apostólico en Colombia, Mons. Luis Mariano Montemayor, leyó un mensaje del Cardenal Pietro Parolin a nombre del Papa Francisco dirigido al clero y pueblo colombiano y todos los «que se encomiendan a la intercesión de la Madre de Dios e invocan su ayuda para crecer en la vida cristiana».
«Su Santidad los exhorta a que esta efeméride, que felizmente se une a la celebración del segundo centenario de la independencia patria, sea acompañada con la plegaria y el auténtico compromiso de fe, y las obras de caridad, que alegran el Corazón de la Virgen María, al ver como Jesús, su Divino Hijo, sigue siendo camino verdad y vida, para los hombres y mujeres de hoy».
«Como prenda de copiosos favores divinos e invocando la amorosa protección de la Reina del Cielo, el Papa Francisco imparte de corazón la implorada Bendición Apostólica a cuantos participan en esta solemne celebración. Y la hace extensiva también a todos los hijos e hijas de Colombia», concluye el Cardenal Secretario de Estado a nombre de Francisco.
Inicio del centenario y conclusión de Asamblea episcopal
El inicio de las celebraciones del centenario se juntó a la conclusión de la 108ª Asamblea General del Episcopado Colombiano, que abordó el tema «La economía al servicio de la dignidad humana y el bien común». Terminados los trabajos, los obispos se trasladaron al santuario mariano nacional en Chiquinquirá, al norte de Bogotá, donde participaron de la misa de inauguración de los festejos. La ceremonia fue presidida por Mons. Óscar Urbina, Arzobispo de Villavicencio y presidente de la Conferencia Episcopal colombiana.
Los encargados de bajar la imagen de la Virgen de su Camarín, fueron los mismos custodios del santuario, los frailes dominicos de la Provincia San Luis Beltrán.
La ceremonia fue animada litúrgicamente por el Coro y Banda de los Heraldos del Evangelio, quienes también fueron encargados del rosario meditado que se rezó en la plaza en frente del santuario, en las horas de la noche.
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