Frederico Westphalen (Lunes, 08-07-2019, Gaudium Press) El trecho del Evangelio de San Lucas 10, 1-12,17-20 propuesto para el pasado domingo, 07/07, trae la frase: La Mies es grande, pero los trabajadores son pocos…
Mons. Antônio Carlos Rossi Keller, obispo de Frederico Westphalen, en Brasil, tejió algunos comentarios a propósito de esa frase evangélica.
Mons. Keller recuerda que «El apostolado fue siempre parte integrante de la vida cristiana». Pero, afirma el obispo, él «se torna más urgente en nuestros días» cuando se estimula la nueva Evangelización.
Y el obispo de Frederico Westphalen pasa a enumerar las notas características de la Nueva Evangelización y hace pequeños comentarios sobre cada una de esas características:
Nuevos púlpitos: El anuncio del Evangelio debe ser hecho en todos los lugares donde se encuentran personas. Y muchas personas ya no entran en el templo para oír la predicación…
Nuevo lenguaje: No nos podemos limitar a frases abstractas y distantes de la realidad, sino tenemos que iluminar con la luz de la fe los problemas reales que afligen a las personas.
Nuevos testigos: Es imprescindible que cada evangelizador encarne, con su vida, las verdades que anuncia. A esto llamamos testigos.
Nuevas señales: Las personas están predispuestas a creer solamente en una señal, un milagro: en la caridad. En la medida en que nos aproximamos a las personas para oírlas y ayudar en sus problemas reales, creerán en nosotros. El tiempo que gastamos con las personas no es medido por la cantidad, sino por la calidad.
Hacer bien el apostolado: «Quién no siente una necesidad urgente de comunicar el amor de Dios que trae en sí, no ama de verdad. Una de las propiedades del amor es ser difusivo de su bondad. ¿Cómo podremos tornar efectivos nuestros pobres esfuerzos?»
Y Mons. Antônio mismo responde indicando puntos necesarios para hacer bien el apostolado:
Oración: Orar es la gran solución que el divino maestro apunta a la falta de vocaciones sacerdotales, religiosas y apostólicas.
Audacia: Tenemos que vencer el miedo y el respeto humano. Los heraldos del mal son, a veces, más osados que los cristianos.
Unir esfuerzos: El apostolado organizado. Formar parte de una obra apostólica puede ayudarnos a vencer la timidez y a lucrar con la experiencia de los otros, y contamos con la presencia de Jesús en nuestro medio, porque estamos reunidos en su nombre.
Recomendaciones de Jesús: El obispo gaucho recordó que al enviar a los discípulos, Jesús les hizo algunas recomendaciones prácticas que debían observar para cumplir bien la misión que les era confiada.
Humildad: «Yo os envío como corderos en medio de lobos». La advertencia hecha por Jesús no pretendía llevar a los discípulos y tener miedo, sino a ser prudentemente humildes. Esta virtud nos lleva a no fiarnos en nosotros y contar con Dios.»
Desprendimiento: «No llevéis cartera ni alforja ni sandalias». Esta recomendación de Jesús nos invita a renunciar a muchas cosas para encontrar tiempo que damos a los otros. Hay personas que pasan la vida a la espera de las condiciones ideales para comenzar a evangelizar.
Hay personas que «están tan apegadas a disparates -el sofá, la telenovela, el descanso- que nunca encuentran tiempo para dar a los otros, cuando las invitamos a prestar una ayuda a los hermanos.
Urgencia: «…ni os demoréis a saludar alguien por el camino.» Jesús hace referencia a los saludos porque eran muy demorados y ceremoniosos en el Oriente. Las personas no pueden esperar.»
Ahí están, entonces, las resumidas palabras de Mons. Antônio Carlos Rossi Keller a propósito de una frase:
La Mies es grande, pero los trabajadores son pocos… (JSG)
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