Scottsdale (Miércoles, 10-07-2019, Gaudium Press) El Arzobispo de Filadelfia, Estados Unidos, Mons. Charles Chaput, impartió un discurso en la Cumbre de la organización Alliance Defending Freedom en el que hizo un llamado a los fieles a no renunciar al testimonio público de la fe. El prelado destacó la labor de defensa de la libertad religiosa de la organización y la importancia de «construir una cultura de libertad religiosa».
Mons. Charles Chaput, Arzobispo de Filadelfia, Estados Unidos. Foto: Archbishop John Carroll High School. |
Mons. Chaput destacó la trascendencia de la identidad cristiana en la labor de construcción de la sociedad por parte de los creyentes. «El amor a Dios y a otras personas humanas, la virtud de la caridad, es el espíritu que anima toda acción política auténticamente cristiana», indicó. «por amor, no quiero decir ‘amor’ en un sentido sentimental o indulgente como qe ofrece la ‘tolerancia’ como una coartada para la inacción frente al mal. Quiero decir amor en el sentido bíblico: amor con un sentido de valentía, amor determinado a construir la justicia en la sociedad y enfocado en el verdadero bien de toda la persona humana, cuerpo y alma».
Mons. Chaput recordó que el auténtico progreso incluye la dimensión espiritual del ser humano y que los creyentes pueden respetar la separación de la Iglesia y el Estado, «mientras que este arreglo se traduzca en una verdadera libertad religiosa, y no la copia medio desnutrida de lo real, denominada ‘libertad de culto'». «Nunca podemos aceptar una separación de nuestra fe religiosa y nuestras convicciones morales de nuestros ministerios públicos o nuestro compromiso político. Es imposible», exhortó el Arzobispo. «E incluso tratar de hacerlo es malo porque nos obliga a vivir dos vidas diferentes, adorando a Dios en el hogar y en nuestras iglesias; y adorando la última versión de César en todas partes».
El prelado indicó que la fe sincera y auténtica fomenta la virtud y el respeto a la dignidad humana, y que la dimensión religiosa está ligada profundamente a la naturaleza humana. Por este motivo la religión hace parte vital de la construcción de la sociedad y no debería ser excluida como proponen los promotores del laicismo y que lleva en realidad a una forma de idolatría del sistema político. La misión de los creyentes incluye asumir una defensa de la fe y del bien común en la llamada «guerra cultural» y no caer ante la tentación de la cobardía o la acedia.
«Si queremos una cultura de libertad religiosa, debemos comenzar a vivir esa cultura aquí, hoy y ahora. Lo vivimos entregándonos de todo corazón a Dios, amando a Dios con pasión y gozo, confianza y coraje, y sin retener nada. Dios se encargará del resto», concluyó Mons. Chaput. » Al final, Dios es el constructor. Somos las piedras vivas. Cuanto más firme sea nuestra fe, más profundo nuestro amor, más puro será nuestro celo por la voluntad de Dios, y más fuerte será la casa de la libertad que se levanta en nuestras propias vidas y en la vida de nuestra nación».
Con información de The Public Discourse
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