Caracas (Viernes, 12-07-2019, Gaudium Press) Ayer, al término de su 112ª Asamblea Ordinaria, la Conferencia Episcopal de Venezuela ha emitido la Exhortación Pastoral titulada «Dios quiere para Venezuela un futuro de esperanza», título fundado en texto del profeta Jeremías (29, 11).
El documento, que aborda con ánimo pastoral la terrible situación que a todo nivel afronta la nación suramericana, inicia con el destaque de algunos puntos del reciente Informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (4 de junio de 2019), que evidencia las graves y repetidas violaciones a los derechos humanos en ese país.
Foto: Conferencia Episcopal Venezolana |
Destacan luego los obispos «el éxodo de más de un 12% de la población venezolana, impulsado por la situación política, el empobrecimiento de la clase media y el menosprecio de los pobres. Una generación de niños y niñas no han visto a sus padres durante meses», y advierten que «si la situación económica y social continua en franco deterioro, el país puede perder en los próximos meses parte importante de su población».
Alertan los prelados venezolanos, cómo gana terreno «el deterioro moral de la sociedad con sus secuelas de violencia, mentira, corrupción e irresponsabilidad, y la desesperanza y el miedo de la ciudadanía», lo que choca con los valores tradicionales de ese pueblo.
Señalan que «los regímenes políticos, ideologías, organizaciones o instituciones deben estar al servicio de estos principios fundamentales. Esto exige una decidida promoción y defensa de los derechos humanos, y una permanente denuncia de los abusos y violaciones de esos derechos, ya que «todos los atropellos a esa dignidad son atropellos al mismo Dios».
Una situación insostenible
En su deseo de una restauración y reconstrucción de Venezuela, el episcopado de ese país enumera algunas «decisiones urgentes», como por ejemplo, la ratificación de lo ya dicho «el pasado mes de enero», en el sentido que «ante la realidad de un gobierno ilegítimo y fallido, Venezuela clama a gritos un cambio de rumbo, una vuelta a la Constitución . Ese cambio exige la salida de quien ejerce el poder de forma ilegítima y la elección en el menor tiempo posible de un nuevo Presidente de la República . Para que sea realmente libre y responda a la voluntad del pueblo soberano, dicha elección postula algunas condiciones indispensables tales como: un nuevo Consejo Nacional Electoral imparcial, la actualización del registro electoral, el voto de los venezolanos en el exterior y una supervisión de organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea, entre otras; igualmente el cese de la Asamblea Nacional Constituyente».
«Ante la ‘emergencia humanitaria’ en la que el sistema económico y político vigente ha sumido a toda la población, es urgente que se permita la entrada masiva y distribución de la ayuda de alimentos y medicinas, con participación y supervisión internacional, y deslastrada de las diatribas partidistas y del flagelo de la corrupción. La Iglesia Católica, a través de sus instituciones, y particularmente las Caritas parroquiales, diocesanas y nacional, renueva su compromiso de participar, junto a otras organizaciones, en la recepción y distribución de esta ayuda humanitaria», afirma la exhortación pastoral.
A los «miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, los órganos policiales y el Ministerio Público», de acuerdo con «el cumplimiento de sus deberes constitucionales», los obispos venezolanos exhortan a «obrar conforme a la justicia y la verdad, y no al servicio de una parcialidad política. Así erradicarán de su seno las prácticas de persecución y tortura, y resguardarán, defenderán y harán respetar los derechos de todos, por encima de cualquier interés personal o partidista».
La Iglesia en Venezuela reitera su compromiso «de seguir fortaleciendo la fe en Jesucristo que sana y libera, y llevando esperanza a nuestro pueblo, a través del desarrollo de programas de formación y organización que permitan la defensa de los derechos humanos, la recuperación de la institucionalidad democrática y la reconstrucción del país de una forma pacífica». Agradecen y felicitan igualmente los obispos «felicitamos a los sacerdotes, diáconos, religiosas y laicos, el esfuerzo que realizan cada día para mantener viva la esperanza y profundizar la evangelización del pueblo venezolano y, en particular, por las iniciativas para la atención de las personas más vulnerables», y también manifiestan su gratitud al Papa y «así como la Iglesia y los gobiernos de otros países, y, especialmente de nuestros vecinos, para que podamos continuar llevando adelante esta obra evangelizadora, y por la atención que brindan a los venezolanos que han emigrado».
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