Arzobispo de Los Ángeles dirige peregrinación a Basílica de Guadalupe en México

Ciudad de México (Lunes, 15-07-2019, Gaudium Press) El Arzobispo de Los Ángeles, Estados Unidos, Mons. José Gómez, presidió una Eucaristía solemne en la Basílica de Guadalupe en Ciudad de México, como parte de la peregrinación anual de su Arquidiócesis al Santuario Mariano. En su homilía, el prelado invocó la protección maternal de la Santísima Virgen sobre los más vulnerables, especialmente los más necesitados y los niños por nacer.

Mons. José Gómez, Arzobispo de Los Ángeles, Estados Unidos, durante la Eucaristía en la Basílica de Guadalupe. Foto: Insigne y Nacional Basílica de Santa María de Guadalupe.

«María de Guadalupe es nuestra Madre», predicó Mons. Gómez, según reportó ACI. «Esta es la bella verdad revelada en su aparición en el Tepeyac». El Arzobispo recordó las palabras de la Santísima Virgen en sus apariciones, con un mensaje de consuelo y de invitación a la confianza: » ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo? ¿Qué más has menester?».

El prelado indicó que en la Basílica la Santísima Virgen se hace presente de una manera similar a cuando visitó a su prima Santa Isabel, llevando en su vientre a Jesucristo. A Ella «le pedimos que proteja a nuestras familias, a nuestros hijos, y especialmente a los vulnerables, aquellos que viven en las calles, el niño en el vientre, los enfermos y ancianos, los inmigrantes y refugiados que huyen de la violencia y el terror».

Mons. Gómez hizo énfasis en la estrecha relación de la Madre de Dios con la historia de la salvación. «Jesús nació de María Santísima para que cada uno de nosotros podamos también ser hijos e hijas de Dios. Es la verdad de quienes somos», comentó. «Somos los hijos de Dios ahora, somos hijos de María, hermanos y hermanas de su hijo, Jesús». Esta identidad de hijos es el origen de la alegría que los peregrinos sienten al entrar en la Basílica, donde cada creyente reconoce a Nuestra Señora de Guadalupe como Madre.

«Jesús nos llama a cada uno de nosotros el día de hoy una vez más a llevar su amor a todo el mundo, así como María Santísima lo llevó con Santa Isabel», concluyó el Arzobispo. «Cada uno de nosotros tenemos la misma misión: llevar a Jesús a nuestros hogares, a nuestro trabajo, a nuestras conversaciones, a cada aspecto de nuestra vida».

Con información de ACI.