Por periodo de vacaciones, Obispo de Ávila llama a "descansar como Dios manda"

Ávila (Miércoles, 17-07-2019, Gaudium Press) Con ocasión del periodo de vacaciones de verano en España, el Obispo de Ávila, Mons. José María Gil Tamayo, ha dedicado su más reciente carta pastoral a la necesidad que todo ser humano tiene del descanso.

Con el título «Descansar como Dios manda», el prelado introduce su explicación señalando que es el mismo Dios quien ha puesto el descanso para el hombre:

«Nuestro Hacedor, como dirían los clásicos, Dios mismo, que sabe de qué material estamos hecho, es el que nos llega incluso a mandar que descansemos: lo hace así en el tercer mandamiento de la Ley de Dios: el que se refiere a la santificación de la fiesta, que no consiste sólo en ir a misa, sino también en descansar como Dios manda, nunca mejor dicho», indica Mons. Gil Tamayo.

También recuerda que en las Sagradas Escrituras el descanso está presente. Así está presente en el libro del Génesis 2, 2-3 cuando en el séptimo día de la Creación, Dios descansó: «Y acabó Dios en el día séptimo toda la obra que hizo; y reposó el día séptimo e toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación».

El descanso es ocasión propicia para el cultivo del espíritu y el encuentro con Dios / Foto: Colton Duke por Unsplash.

Y el Catecismo de la Iglesia Católica en el número 2185 dice al respecto: «Durante el domingo y las otras fiestas de precepto, los fieles se abstendrán de entregarse a trabajos o actividades que impidan el culto debido a Dios, la alegría propia del día del Señor, la práctica de las obras de misericordia, el descanso necesario del espíritu y del cuerpo. Las necesidades familiares o una gran utilidad social constituyen excusas legítimas respecto al precepto del descanso dominical».

En este sentido, el Obispo de Ávila dice que el descanso del tiempo de verano puede ser ocasión propicia para el cultivo del espíritu y el encuentro con Dios: «El descanso veraniego, propiciado por el cese en la actividad habitual, puede ser un buena oportunidad no sólo para reponer las fuerzas corporales, para hacer más deporte, para ponerse en buena forma física, sino también un espacio para el cultivo del espíritu mediante la lectura de las obras literarias que dejamos aparcadas por falta de tiempo; para el silencio, la reflexión y la oración que nos haga recobrar la paz del encuentro amigable con Dios y con nosotros mismos».

Asimismo, llama a estar en guardia «contra el activismo de unas vacaciones tan ‘movidas’ y agobiantes que nos estrese aún más que el propio trabajo, que nos retome a la vida ordinaria con cansancio en el alma aunque el cuerpo esté bronceado».

Indica, además, que lo que se trata no es sólo conseguir el descanso físico, sino la paz interior, para lo cual «hemos de revindicar el valor del silencio como un elemento necesario para encontrarnos con Dios, con los demás y hasta con nosotros mismos».

«Sólo el silencio nos posibilita la atención necesaria para la más genuina de las actividades humanas: pensar. Necesitamos el silencio para reflexionar, es decir: volver sobre nosotros mismos, a fin de ganar profundidad y con ella el equilibrio necesario a fin de no perder el sentido del vivir y colocar cada cosa y acontecimiento en su justo lugar», añade Mons. Gil Tamayo.

El Obispo de Ávila ultima la carta señalando que para descansar basta escaparse un poco para estar en contacto con la naturaleza o, mejor aún, buscar el descanso interior visitando una iglesia o monasterio. «Procuren, descansar, como Dios manda», concluye el prelado.

Con información de la Diócesis de Ávila.