Roma (Miércoles, 17-07-2019, Gaudium Press) Mons. Silvio Báez sigue en el corazón de los nicaraguenses. Aunque desde abril se encuentra en Roma por indicación pontificia, su voz sigue siendo un referente para todos aquellos que en el país centroamericano están atentos a sus luces, a sus opiniones.
Mons. Baéz recientemente ofreció sus declaraciones a Curia Generalizia Carmelitani Scalzi.
Para el Obispo auxiliar de Managua, Nicaragua es «un país secuestrado por una familia y sus allegados, quienes movidos por la ambición de poder y el deseo de enriquecerse, han ido destruyendo el tejido social, la institucionalidad democrática, el sistema judicial y la economía del país que se encuentra a punto de colapsar. Quienes tienen actualmente el poder en Nicaragua han ido construyendo un sistema dictatorial con tintes dinásticos, caracterizado por la mentira y el cinismo, la corrupción, la injusticia, la represión criminal y el irrespeto a los derechos humanos. Actualmente en Nicaragua no se lucha por el poder, sino por cambiar la forma de ejercer el poder. En un futuro cercano el gobierno actual de Nicaragua tendrá que rendir cuenta ante la justicia de todos los delitos y crímenes que ha cometido contra el pueblo».
Hizo Mons. Baéz una síntesis del trascedental papel de la Iglesia en el conflicto que asola a Nicaragua. «La Iglesia de Nicaragua se ha caracterizado por estar al lado de la población que ha sufrido la represión. La gente ha confiado en la Iglesia y ha buscado en ella defensa de sus derechos, consuelo en el dolor y refugio frente a la violencia gubernamental. Como Iglesia hemos alzado la voz para denunciar los atropellos a los derechos humanos; hemos consolado a la gente y hemos llorado sobre todo con los jóvenes y con las madres de las personas asesinadas; no hemos dudado incluso en abrir los templos para curar heridos y salvar vidas; hemos señalado al gobierno sus desmanes y crímenes y no hemos dejado de llamar constantemente a la justicia y a la paz. En los momentos más duros de este último año, nos hicimos presente incluso físicamente en los lugares de conflicto para evitar nuevas masacres. Todo esto llevó al gobierno a atacar frontalmente a la Iglesia, persiguiendo, acosando y denigrando muchos obispos y sacerdotes, tildándonos de golpistas y terroristas y llegando incluso a amenazar de muerte a muchos de nosotros».
Necesario cambio de régimen
Para el Obispo, tras el «necesario cambio de régimen», «deberá dar inicio en Nicaragua un profundo proceso de reconstrucción de la sociedad en el que la Iglesia tendrá una misión muy importante. Nos tendremos que comprometer en la sanación personal de la gente y la reconciliación social en un país fuertemente polarizado políticamente, armonizando evangélicamente paz, justicia y perdón», todo bajo la luz de la Doctrina Social de la Iglesia.
Manifestó también Mons. Báez, que la oración ha sido, además del hilo que lo une a Dios, ocasión de pedir discernimiento sobre las diversas situaciones y opciones, y la oportunidad para recordar a su pueblo, al que agradeció las innumerables muestras de afecto que le siguen brindando, al tiempo que agradeció a su comunidad carmelita por la cálida acogida que siempre le ha brindado en Roma.
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