Washington (Jueves, 25-07-2019, Gaudium Press) ¿Cual podría ser la manera ideal de adornar bellamente un altar para comunicar la sacralidad y centralidad de la Eucaristía? Esta pregunta puede estar en la mente de numerosos sacerdotes y creyentes, y probablemente habría una respuesta distinta para cada templo. Pero para la revista virtual Liturgical Arts Journal una serie de fotografías de la parroquia de San Martino en Randazzo, Sicilia, ofrece la oportunidad de comparar varias posibilidades en igualdad de condiciones.
Los dos primeros ejemplos de configuración de altar. Fotos: Liturgical Arts Journal. |
«En esta parroquia en particular, por lo que puedo ver, parecen modificar regularmente sus ornatos del presbiterio de acuerdo con los tipos particulares de fiestas en la parroquia», expuso el autor del artículo, Shawn Tribe. Independientemente de las costumbres locales, esta condición «brinda una oportunidad interesante para demostrar la importancia de estos elementos en una comparación clara de ‘manzanas con manzanas'».
El primer ejemplo expuesto es una configuración «que se basa principalmente en los componentes arquitectónicos básicos». Para Tribe, esta disposición que sin duda cumple con lo necesario presenta la limitación de que «el altar puede perderse un poco en el resto de la arquitectura, particularmente donde se utilizan colores neutros».
Tercer y cuarto ejemplo de ornamentación del altar mayor. Fotos: Liturgical Arts Journal. |
Un segundo ejemplo, muy próximo al de numerosos templos, conserva los elementos de la forma anterior pero agrega un crucifijo de gran tamaño. «Ciertamente, el crucifijo ayuda a enfocar la atención en el altar, sin embargo, aquí nuevamente, con los colores neutros que se utilizan, el crucifijo en sí se convierte en el punto focal principal», comentó el autor.
En la tercera fotografía se aprecia el mismo altar con una pintura de gran formato en honor de la Santísima Virgen María. «Hay algunas cosas a tener en cuenta aquí. En primera instancia, la pintura agrega un color adicional al presbiterio y, en consecuencia, atrae nuestra atención hacia el altar mayor», expuso Tribe. «Además, la adición de algo de color también resalta los adornos del altar, y por lo tanto llama nuestra atención sobre el altar mismo».
«El siguiente arreglo, sin embargo, es para mí la ‘pièce de résistance’. Esta disposición particular utiliza una cortina de dosel de terciopelo rojo, así como un dosel correspondiente sobre el altar propiamente dicho», describió el autor. «Esto no solo desencadena todo el esquema del altar por su rico color y textura, sino que también tiene el efecto de resaltar más la centralidad del altar por medio del dosel». El autor ofreció una comparativa de las tres últimas configuraciones y recordó que la respuesta ideal para cada templo debe tener en cuenta las condiciones locales. «Sin embargo, mi esperanza es destacar cuán importantes son estas opciones de diseño», concluyó.
Con información de Liturgical Arts Journal.
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