Bogotá (Lunes, 05-08-2019, Gaudium Press) Hoy, en la sede de la Conferencia Episcopal Colombiana, fue presentado a los medios de comunicación el «Mensaje de los Obispos al Pueblo Colombiano con ocasión del Bicentenario de la Independencia».
En la mesa principal se encontraban Mons. Óscar Urbina, Arzobispo de Villavicencio y presidente de la Conferencia Episcopal; Mons. Elkin Álvarez, Obispo Auxiliar de Medellín y Secretario de la Conferencia Episcopal, y Mons. Francisco Antonio Nieto Súa, Obispo de Engativá y reconocido historiador, licenciado en Historia de la Iglesia por la Pontificia Universidad Gregoriana.
Afirman los obispos que a lo largo de la historia del país «el don de la fe ha seguido inspirando y moldeando nuestras costumbres, valores e ideales como nación. Así describió el Papa Francisco a Colombia en su Visita: ‘Tiene algo de original, algo muy original…, su riqueza humana, sus vigorosos recursos naturales, su cultura, su luminosa síntesis cristiana, el patrimonio de su fe y la memoria de sus evangelizadores, la alegría gratuita e incondicional de su gente, la impagable sonrisa de su juventud, su original fidelidad al Evangelio de Cristo y a su Iglesia y, sobre todo, su indomable coraje de resistir a la muerte, no sólo anunciada, sino muchas veces sembrada’ «.
Es claro que los retos del país, como nación aún cristiana, son múltiples y los obispos hacen mención de varios de ellos, entre otros la corrupción, la plaga del narcotráfico, los atentados contra la vida humana.
Para enfrentar los desafíos, «es necesario abrir nuestras vidas para acoger a Cristo y su Evangelio. Él ha venido a nosotros con todo el poder del amor de Dios para destruir el egoísmo y la soberbia, el odio, la violencia y la codicia. Su amor que siempre nos perdona nos impulsa a reconciliarnos con él, con los hermanos y con la creación. Su misericordia nos sana de las heridas del mal y su pascua nos levanta de la muerte. Solo Él puede renovar nuestras vidas y hacernos sal y luz en la sociedad. El Bicentenario de la Independencia es oportunidad propicia para mirar el pasado con gratitud y con objetividad. Es también el momento para asumir nuestro presente consuma responsabilidad, conscientes de la tarea inmensa que tenemos en la transformación de nuestra realidad», expresa el Mensaje.
Recuerdan también los obispos que el Bicentenario de la Independencia «coincide con el centenario de la coronación de la Imagen de la Virgen de Chiquinquirá. Ella, desde 1586, hizo visible su presencia entre nosotros con el singular milagro de la renovación de su imagen. (…) Pidámosle que nos acompañe en la tarea de la renovación de nuestra Patria».
En las respuestas a los medios de comunicación, Mons. Nieto Súa recordó que en medio de todas las convulsiones que ha vivido Colombia, «la Iglesia mantuvo una unidad particularmente en el pueblo colombiano con su religión». Y en buena medida sustituyó el Estado en muchas de sus funciones por ejemplo con «hospitales, escuelas, universidades» que fueron creados por la Iglesia con los dineros de los fieles. Es cierto que el presente es el resultado «del peso de toda una historia»; pero es necesario, para encauzar el futuro del país, que los actores sociales realicen un «análisis mucho más serio de la realidad», que fomente la generosidad y que concite la unidad de corazones sobre un proyecto de país que realice el bien común.
Deje su Comentario