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Detroit (Martes, 06-08-2019, Gaudium Press) Cuando el P. Stanley Ulman fue designado como párroco en el templo de Santa María de las Colinas hace 15 años, se propuso llegar a conocer a todas las familias asignadas a su cuidado. Como parte de este esfuerzo ideó una oportunidad de acercamiento que es ahora una pequeña tradición local. Los meses de verano son empleados por el presbítero para visitar y bendecir los hogares de los nuevos feligreses que llegan a su jurisdicción.
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| Parroquia de Santa María de las Colinas en Rochester Hills. |
Como resultaría incadecuado que el sacerdote visitara los hogares sin haber sido llamado, el P. Ulman decidió enviar tarjetas a los nuevos feligreses para saludarlos e informarles en qué fecha se encontrará en el área de su residencia y su disponibilidad para bendecir sus hogares. De esta manera, el sacerdote logra bendecir de 125 a 150 hogares durante el verano.
«Esto ha sido útil porque ellos pueden generar temas o preguntas, o pueden enterarse sobre la escuela (católica)», relató a Detroit Catholic el sacerdote. «Es algo agradable tener a un representante de Dios en la casa», comentó por su parte Dan O’Brien, quien vive en la parroquia hace 15 años pero nunca había pedido la bendición de su hogar.
El P. Ulman aprovecha la ocasión para conversar con los diferentes miembros de la familia, pero rápidamente declina si los feligreses lo invitan a comer, ya que insiste que el único motivo de la visita es llevar la bendición de Dios. El trabajo puede resultar intenso, ya que se calcula que unas 100 familias se establecen en la parroquia cada año. «Puede ser duro, pero hace una gran diferencia para las personas sentirse bienvenidas y yo disfruto hacerlo», afirmó el sacerdote. «Tenemos muchas razones para estar agradecidos».
Con información de Detroit Catholic
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