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Bobodiulasso (Viernes, 09-08-2019, Gaudium Press) Las alertas religiosas están encendidas en Burkina Faso, país del oeste de África, antigua colonia francesa, con un territorio de aproximadamente 275.000 kms. cuadrados y una población de alrededor 18 millones de habitantes.
Desde febrero pasado, informa la agencia Fides, grupos armados de corte yihadista ha realizado cinco ataques en el norte del país; en el último -en Diblou, una aldea- murieron al menos 15 personas.
Incluso, tal como ha reportado Gaudium Press, hay una fuerte sospecha de que los ataques son dirigidos específicamente a clérigos y laicos católicos.
Pero estos ataques no impiden que religiosas como las Hermanas Misioneras de la Inmaculada, quienes están presentes en Burkina desde el año 2000, continúen con su ministerio. Ellas se encuentran en Boboudiulasso, al oeste del país, donde «por el momento no hay peligros considerables».
«En Bobodiulasso, en el popular distrito de Quinimakora, trabajamos en estrecha colaboración con la parroquia y dirigimos dos centros que son de la diócesis y están abiertos a todos. La población es relativamente joven y, por esta razón, hemos abierto una biblioteca con salas de estudio, un anfiteatro para reuniones, debates, conferencias y actividades culturales y educativas», expresan las religiosas.
«De hecho, otras tres parroquias nacieron de la parroquia madre, organizadas en comunidades de base, ubicadas en los distintos distritos. Garantizamos nuestra presencia con encuentros formativos para adultos, vamos a visitar a los enfermos a domicilio. Nuestras reuniones de discusión se centran en problemas cotidianos como la falta de agua, la escolarización de los niños, la higiene y los cursos de alfabetización. En cada barrio hay un comité de gestión y una comisión formada por un grupo de jóvenes».
Las religiosas también ha abierto una cooperativa productiva, en la que mujeres están realizando productos para el mercado local y la exportación.
Postulantado y noviciado
«Desde hace algunos años, la comunidad acoge a jóvenes que quieren dedicarse a la vida religiosa. Tenemos un postulantado y un noviciado, actualmente hay seis novicios en formación. Un punto importante de formación es su inclusión en la vida de la gente. Los novicios pasan un mes en grupos en los pueblos para compartir la vida cotidiana de las personas que encuentran, viviendo con los medios que encuentran en el lugar y de manera autónoma. Tres veces a la semana llevan ayuda a un centro para enfermos mentales. Una monja mantiene el contacto entre los enfermos y sus familias y un médico supervisa el centro».
Las migraciones desde Burkina Faso son numerosas a causa de la pobreza. Pero en los años recientes,la sola violencia ha causado el desplazamiento forzado de más de 200.000 personas, según informe de las Naciones Unidas.
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