Ciudad del Vaticano (Viernes, 09-08-2019, Gaudium Press) Como se sabe, durante este mes, en Europa son realizadas las llamadas vacaciones de agosto.
En la primera de las Audiencias Generales de este mes, el miércoles 07 de agosto, el Papa Francisco se dirigió a una Sala Pablo VI repleta de fieles y peregrinos y habló también de ese tema.
Vacaciones: descansar, reencender el amor de Dios y de los hermanos
Al saludar a las delegaciones de diversos países, el Papa Francisco, se dirigió al numeroso grupo de polacos presentes en la Sala.
Francisco hablaba con ellos, pero tenía los ojos puestos en Europa y también en los católicos de todo el mundo.
Fue ahí que él volvió a recordar la importancia de contemplar a Jesús también en el período de vacaciones:
«Hermanos y hermanas, deseo a ustedes buenas vacaciones. Sean para ustedes no solamente la posibilidad de descansar, sino también la oportunidad para reencender las relaciones de amor a Dios y a los hombres. No descuiden la oración diaria, la participación en la Eucaristía el domingo y de dividir el tiempo con los otros. Contemplen la belleza de la creación, glorificando la omnipotencia, la sabiduría y el amor del Creador».
«Revigorizar cuerpo y espíritu»: consejo del año 2017
Ya en la oración mariana del Ángelus del 6 de agosto del año 2017, Francisco trató ese tema y dio consejos semejantes.
Hablando de los momentos de vacaciones, en aquella ocasión trató de la importancia de vivir ese período en la «escucha atenta y orante de Cristo, buscando momentos de oración que permitan la acogida dócil y jubilosa de la Palabra de Dios».
En aquella oportunidad el Papa recordó que esa actitud es además una manera de también alejarnos de las cosas mundanas para «redescubrir el silencio pacificador y regenerador de la meditación del Evangelio, de la lectura de la Biblia»:
«El tiempo de verano es un momento providencial para aumentar nuestro compromiso de búsqueda y de encuentro con el Señor.
En ese período, los estudiantes están libres de los compromisos escolares y muchas familias hacen sus vacaciones; es importante que en el período de reposo y de pausa de las ocupaciones diarias, se puedan revigorizar las fuerzas del cuerpo y del espíritu, profundizando el camino espiritual.» (JSG)
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