San Bernardo (Miércoles, 04-11-2009, Gaudium Press) «La Iglesia Católica no se identifica con ningún partido político ni con candidato alguno. Los ciudadanos católicos deben reflexionar acerca de los proyectos de los aspirantes a La Moneda, de manera de dar su apoyo a aquellos que mejor impulsen los valores fundamentales de una sociedad fundada en el cristianismo».
Con estas palabras el Obispo de San Bernardo, Mons. Juan Ignacio González, se refirió a las próximas elecciones parlamentarias y presidenciales en la sección «Ideas & Debates» de la edición del 3 de noviembre del diario de circulación nacional La Tercera.
Citando el mensaje que el Papa Benedicto XVI dirigió a un grupo de políticos en marzo del 2006, el pastor de la diócesis de San Bernardo recordó que existen tres grandes principios que «no pueden ser negociados», ya que defienden y promueven la dignidad humana, y que hay que tener en consideración al momento de elegir a los futuros representantes al parlamento y a la presidencia.
En primer lugar, está la «protección de la vida en todas sus etapas, desde el primer momento de la concepción hasta la muerte natural» y que la fidelidad a este principio -afirma el obispo- se manifiesta en «no apoyar a candidatos que en forma abierta y manifiesta aprueban el aborto», incluyendo también a aquellos candidatos que se encuentran a favor de la distribución de la píldora del día después.
En segundo lugar, monseñor González llamó a sopesar la postura de cada candidato respecto al «reconocimiento y promoción de la estructura de la familia -entendida como unión entre hombre y una mujer basada en el matrimonio- y su defensa ante los intentos de equipararla jurídicamente a formas radicalmente diferentes de unión», enfatizando que en armonía a este principio, los ciudadanos fieles a la enseñanza de la Iglesia «no deberían entregar su apoyo a quienes proponen normas legales para entregar estabilidad institucional y jurídica a las parejas de hecho».
En tercer y último lugar, está «la protección del derecho de los padres a educar a sus hijos». El votante cristiano, señala el pastor, debe tener conciencia de que aquellas posiciones a favor de un control excesivo del Estado en la educación, de la promoción de una visión única en las escuelas, de las campañas públicas en favor del uso del preservativo u otros anticonceptivos, «contradicen la enseñanza del humanismo cristiano».
«Si el juicio personal conduce a no apoyar a ningún candidato, es necesario no olvidar que desde el punto de vista moral debe tenerse en cuenta el tema del mal menor (…) si existen fundadas razones para presumir que de no apoyar a determinado candidato, podría salir elegido otro que abiertamente contradice elementos más graves de la moral natural y cristiana, es necesario reconsiderar el no dar el apoyo a ninguno y entregarlo a aquellos que propongan ideas y políticas que cada uno considere menos malas», concluye el obispo.
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