Mendoza (Miércoles, 21-08-2019, Gaudium Press) Fieles bolivianos que residen en Argentina rindieron tributos a la patrona de la Integración Nacional de Bolivia: La Virgen de Urkupiña. En varias ciudades del país austral se desarrollaron diferentes eventos en torno a la Madre de Dios.
Una de ellas fue la localidad de Guaymallén en Mendoza, donde la comunidad parroquial de Virgen de Urkupiña y Santos Mártires Rioplatenses, celebró el pasado 18 de agosto las fiestas patronales. Los homenajes marianos llevaron por lema «Con María comprometidos en la misión de anunciar a Jesús». Celebraciones que tuvieron como momento central la Eucaristía que presidió el Obispo Auxiliar de Mendoza, Mons. Marcelo Mazzitelli.
La devoción a la Madre de Urkupiña llegó a esta localidad en Mendoza con los bolivianos. Esta zona está poblada por una gran cantidad de devotos procedentes del país suramericano, quienes llevaron al lugar el fervor por esta advocación mariana, cuya fiesta se vive en la solemnidad de la Asunción.
Las celebraciones en Mendoza tuvieron como momento central la Eucaristía que presidió el Obispo Auxiliar de Mendoza, Mons. Marcelo Mazzitelli / Foto: AICA. |
En Córdoba, mientras tanto, se conmemoraron los 34 años de la presencia de María de Urkupiña en la parroquia Nuestra Señora del Trabajo, situada en el barrio Villa El Libertador. Nueve celebraciones Eucarísticas marcaron los homenajes, cada una de ellas con una concurrida presencia de fieles.
El viernes 16 de agosto tuvo lugar uno de los momentos más significativos de las fiestas: el cambio de manto de cada una de las figuras de la Virgen, más de 30, que se encontraban en el templo y había llevado consigo varios de los devotos.
Ya el sábado 17 ocurrió una procesión, que comenzó en la avenida Mayo rumbo a la Plaza de la Villa El Libertador, donde se realizaron varios homenajes a la Virgen de Urkupiña.
Catamarca también acogió varios eventos en torno a la patrona boliviana que se realizaron el 15 de agosto en la Parroquia San José Obrero del barrio La Tablaza. Allí ocurrió una misa y una procesión con una hermosa imagen de la Virgen.
En todos estos homenajes, como es característico de la fiesta de la Virgen de Urkupiña, sus devotos llegaron ataviados con trajes típicos. En las tres ciudades fue una celebración llena de colores, alegría y música; todo para rendir homenajes a Nuestra Señora.
Los orígenes de la devoción a la Virgen de Urkupiña datan del año 1700. Su historia se vincula con una parición mariana a una pastorcita que solía recorrer las colinas de Cota, en el suroeste de Quillocollo, Bolivia.
La pequeña pastorcita fue visitada en varias ocasiones por «La Mamita», como era llamada. Ella veía a una hermosa Madre con su hijo en brazos: El Niño Jesús, que incluso jugaba con la niña en una vertiente de agua que se hallaba en el lugar.
Testigos de los hechos fueron los padres de la pastorcita, quienes comunicaron lo sucedido al párroco local.
Cuentan que cuando la niña fue a comunicar la aparición a sus padres y estos comunicaron al sacerdote lo ocurrido, la virgen salió al encuentro de la pastorcita, pero al no verla, se levantó y elevó hacia el cielo. La Pastorcita comenzó gritar en quechua «Jaqayman urqupiña, urqupiña», que significa «ya está en el cerro». De ahí el nombre que recibe esta advocación. La tradición también dice que una vez la Virgen llegó al cerro, desapareció.
Desde entonces la población comenzó a venerar a la Virgen de Urkupiña ganando fama en Bolivia y fuera de sus fronteras
Con información de AICA.
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