Polonia – Santuario de Zakopane (Miércoles, 21-08-2019, Gaudium Press) El pasado día 15 de agosto, celebrando la solemnidad de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María en el Santuario Nacional de Nuestra Señora de Fátima en Zakopane, Polonia, el prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, cardenal Fernando Filoni, resaltó algunos comentarios sobre los Santuarios de Nuestra Señora por el mundo:
«¿Por qué tantos santuarios en el mundo? ¿Por qué tanto cariño y devoción a María?
«En verdad, a partir del momento en que María perdió a Jesús, ella adoptó, como Madre, a la Iglesia naciente de la sangre de su Hijo, tornándose ella la elegida y primera fiel.
«Eso significa que, donde quiera que exista una comunidad de fe, como la primera comunidad de los Apóstoles, María está allá, encuentra allí su morada y una familia donde vivir.
«Eso explica también por qué María nunca nos dejó solos», dijo el Cardenal.
Sus apariciones, como en Fátima, Lourdes y muchas otras, sus Santuarios como Czestochowa, este de Zakopane y muchos otros esparcidos por los varios continentes, testimonian su presencia viva en medio de nosotros».
En la escuela de María, San Juan Pablo II moldeó su carácter
Como recordó el purpurado, Karol Wojtyla acostumbraba ir a Zakopane cuando pequeño, y más tarde como sacerdote, muchas veces acompañando a estudiantes.
Más tarde peregrinó al Santuario varias veces como Pontífice.
El prefecto de la Congregación de la «Propaganda Fide» afirmó en su homilía que allí donde fue construida una casa para María, «toda la Polonia cristiana estaba espiritualmente unida a los sacerdotes y obispos en Jasna Góra, en Czestochowa, donde María fue coronada reina de Polonia.
«En el afecto y devoción a María, generaciones de polacos fueron formadas y mantuvieron viva la fe incluso en tiempos sombríos. En la escuela de María, Karol Wojtyla, hijo de esta nación, moldeó su carácter y se consagró totalmente a ella, Totus tuus, a Cristo y a la Iglesia».
En la homilía de la celebración de la Asunción, el Cardenal Filoni prosiguió afirmando que «la Iglesia no se olvida de María, recordándola y celebrándola litúrgicamente durante todo el año litúrgico. (…) . María se tornó la primogénita de una nueva creación, aquella salvada por Jesús».
«Nosotros, como comunidad cristiana, esto es, como una comunidad redimida por Cristo, hoy estamos felices por estar aquí reunidos y casi abrazados y besados por Ella y poder decir:
¡María, mi Madre, yo te quiero bien! ¡Yo te amo! Si yo cierro los ojos por un momento, hazme sentir tu perfume de mujer y madre.
Acógeme con fuerza como acogias a Jesús, habla conmigo como hablabas con él, mira para mí con la misma ternura».
Santuario consagrado por San Juan Pablo II en 1997
Zakopane es una ciudad de 28 mil habitantes localizada al sur de Polonia, en la región conocida como «Pequeña Polonia».
El Santuario Mariano fue construido en agradecimiento por la vida del Papa Juan Pablo II haber sido salvada, después del atentado el 13 de mayo de 1981.
El santuario fue construido entre 1987-1992 y la iglesia fue consagrada por el propio Juan Pablo II el 7 de junio de 1997, durante su sexta peregrinación a su tierra natal.
El Santuario Zakopane fue construido junto a una capilla donde, desde los años 50 Nuestra Señora era venerada y donde en 1961 fue colocada la imagen de Nuestra Señora de Fátima, donada al cardenal Stefan Wyszyski por el obispo de Fátima, que a su vez la donó a los Padres Palotinos, custodios de la capilla. (JSG)
(De la Redacción Gaudium Press, con informaciones FIDES)
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