Milano (Miércoles, 21-08-2019, Gaudium Press) Situada en Valsolda, en la Provincia de Como y Región italiana de Lombardía, justo en la frontera con Suiza, se encuentra un hermoso templo dedicado a María que custodia una imagen de Nuestra Señora Dolorosa, vinculada a un evento milagroso que ocurrió en el año 1562.
Se trata del Santuario ‘della Madonna della Caravina’, que además de conservar la imagen de Nuestra Señora, a la iglesia se le conoce como la «Sixtina» de Lombardía, ya que en su interior guarda impresionantes frescos que narran la historia Sagrada, obra del pintor barroco Paolo Pagani, quien justamente era originario de Castello Valsolda.
El templo tiene orígenes antiguos como la ciudad que lo rodea. El actual, ya que el anterior fue reformado, está vinculado a la memoria de San Carlos Borromeo, Cardenal italiano, quien fuese Arzobispo de Milán y reformador del tiempo pos-tridentino.
Antes de Pagani, el Santuario ya había sido decorado en su presbiterio por los hermanos Pozzi, quienes residían en la ciudad vecina de Puria. Ellos, a través de una narrativa pictórica casi teatral, dieron vida a los apóstoles y los santos.
Pero fue a finales siglo XVII, durante la primavera de 1969, cuando Paolo Pagani comienza su labor en el templo. El pintor, quien había realizado importantes trabajos en Alemania, Polonia, Austria y Moravia, sirviendo a obispos, príncipes y emperadores, decidió regresar a su ciudad natal para dejar una huella en el lugar que lo vio nacer, y en la iglesia donde había sido bautizado.
Tal como se realizó la Capilla Sixtina del Vaticano, Pagani ubicó un andamio en el templo ‘della Madonna della Caravina’ para darle una nueva luz y color a través de sus frescos, que en su conjunto es toda una narración de la Historia Sagrada, y de la vida de los santos.
De su narrativa se destacan varias figuras: el Bautista, precursor de Nuestro Señor Jesucristo, que Pagani representó como si fuese izado en medio de cuerpos y cumbres de la antigüedad, anunciando la venida de Jesús, el Mesías esperado. También están presentes tres mártires: Apolonia, Lucía y Catalina de Alejandría, veneradas en esta región italiana.
Centro de toda su obra es Nuestra Señora y la Santísima Trinidad que se alzan en el cielo del templo.
El suceso de la Madre Dolorosa
El evento milagroso que propició la construcción del Santuario data del 11 de mayo de 1562 en la capilla llamada «alla Caravina». En el lugar, dos devotas mujeres vieron cómo una antigua imagen de la Virgen Dolorosa lloraba. Días después ocurrieron algunos eventos prodigiosos, hechos que fueron tratados poco después por el propio San Carlos Borromeo, quien tras comprobarse la autenticidad de los sucesos, declaró milagrosa la imagen de Nuestra Señora y ordenó la construcción de un suntuario.
De la redacción de Gaudium Press, con información de Chiesadimilano.it.
(Fuente imágenes: Chiesadimilano.it)
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