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Sídney – Australia (Lunes, 26-08-2019, Gaudium Press) El Arzobispo de Melbourne (Australia), Mons. Peter Comensoli, afirmó recientemente que preferiría ir a prisión a romper el secreto de confesión; así anunció después de la presentación de un nuevo proyecto de ley que obligaría a los sacerdotes del estado de Victoria a denunciar sospechas de abuso infantil después de conceder el sacramento de la Confesión.
«Personalmente, guardaré el secreto», respondió el Arzobispo a la ABC Radio Melbourne cuando fue preguntado si estaría dispuesto a romper el secreto de confesión.
Luego después fue preguntado al Obispo si él estaba preparado para ir a la cárcel, dijo: «Diré, en mi caso, que sí».
Como se sabe, el pasado 14 de agosto, en las primeras horas de la mañana, el Parlamento de Victoria propuso el proyecto de ley que incluiría a sacerdotes en leyes de denuncia obligatoria en casos de abuso sexual infantil, sin ninguna excepción, incluso para aquellos que conceden el sacramento de la Reconciliación.
No son excluyentes
Esa lista de «denuncia obligatoria» incluía profesores, policías, médicos, enfermeras, consejeros escolares, funcionarios de la primera infancia y justicia juvenil, entre otros.
Mons. Comensoli dijo durante la entrevista que no consideraba como «mutuamente excluyentes» los principios de denunciar el abuso infantil y el principio de respetar el sigilo sacramental.
«Sustento el principio de denuncia obligatoria. También me agarro al principio del secreto de confesión. Mi propia posición es que no veo eso como mutuamente excluyente», expresó.
En este sentido, dijo que alentaría a alguien que admitiese abusar sexualmente de otra persona a informar a la policía o a la autoridad competente.
Además, alentaría a la persona que confesó el abuso a repetir la revelación nuevamente, pero esta vez fuera del contexto de la confesión, donde el secreto de la confesión no se aplicaría y sería libre de denunciar para la policía.
Entretanto, dijo que si la persona que está confesando se niega a hacer eso, entonces, el prelado no rompería el secreto confesional.
Qué dice el derecho canónico
El Código de Derecho Canónico que rige la Iglesia Católica afirma que «el sigilo sacramental es inviolable; por lo que el confesor no puede denunciar al penitente ni por palabras ni por cualquier otro modo ni por causa alguna».
Además, «es absolutamente prohibido al confesor el uso, con gravamen del penitente, de los conocimientos adquiridos en la confesión, aunque sin peligro de revelación».
Un sacerdote confesor que «viole directamente el sigilo sacramental, incurre en excomunión latae sententiae (automática), reservada a la Sede Apostólica», que solo puede ser levantada por el Papa. (JSG)
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