Valencia (Martes, 27-08-2019, Gaudium Press) Un estudio realizado por el catedrático español Gabriel Songel, profesor de Diseño en la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), ha dado como resultado el hallazgo de un manuscrito que se convierte en la referencia más antigua conocida hasta ahora sobre el Santo Cáliz de la Catedral de Valencia, del que se cree utilizó Jesús en la Última Cena.
Lo interesante del hallazgo, como explica el propio catedrático en su blog, es que el manuscrito posee unos mensajes ocultos, a través de un juego de letras o acróstico, que contiene el relicario de San Juan de la Peña, el cual está fechado en el siglo XI, siendo así un nuevo descubrimiento que adelanta en 300 años la primera referencia al Santo Grial que se custodia en la ciudad española.
El catedrático ha presentado la teoría que el acróstico se escribió con motivo de la coronación de Pedro I de Aragón, y que éste forma un esquema geométrico que hace mención del Santo Grial, además de las reliquias que se custodiaban en el Monasterio de San Juan de la Peña.
Esquema maquetación acorde con el diseño del Santo Cáliz. G. Songel 2018 – Real Academia de Hitoria. |
«Resulta que en el manuscrito donde Pedro I recibe todas las reliquias el primer día de su reinado, está descrito, de una forma explícita, lo que es el cáliz». Allí se muestra «lo que sería un acróstico, una sopa de letras, en las que las letras extremas del bloque textos sumaríamos el ‘Caliz Lapis Exillis'», indicó Songel a un medio de comunicación.
Señaló también, que ese mensaje oculto a modo de acróstico, «no es casualidad», ya que «la coincidencia de la geometría, podrían coincidir dos, tres puntos, pero cuando coinciden todos», es muy significativo.
Detalló, además, que la conexión geométrica más significativa son las firmas papales ‘Bene Valete’. Así lo ha descrito en su blog:
«En el estudio, descubrí el esquema geométrico por deducción y semejanza con las composiciones de las marcas de los reyes y emperadores de la época y los laberintos visuales contemporáneos donde se escondían los nombres de los autores o el nombre del que había encargado la copia. La conexión geométrica más directa son las firmas papales llamadas ‘Bene Valete’ que se concentran en un logograma compuesto de letras en torno a la N».
Sobre ello también habló el catedrático a un medio de comunicación: «Es, por tanto, una citación implícita y una referencia directa a que el cáliz de piedra preciosa se encontraba en Huesca, siguiendo con la tradición laurentina. De hecho, otro de los acrósticos relaciona al papa Sixto con San Lorenzo y Huesca, o personajes como Donato Abad o el mismo papa Urbano I».
Santo Cáliz de Valencia. |
Otro hallazgo ha llamado iugalmente la atención del investigador: el hecho que la retícula que organiza los bloques del texto del manuscrito contiene con total exactitud el Santo Cáliz tal como se conoce hoy. Lo que confirmaría que el Cáliz se había compuesto sobre la copa original del siglo XI.
Así, el descubrimiento probaría que el Cáliz venerado en la Catedral de Valencia, ya se hallaba en tierras aragonesas al menos 300 años antes de la fecha de la que se tenía constancia hasta hoy de manera documental.
De Roma a Valencia
De acuerdo con la tradición, el Cáliz de Valencia es el mismo que utilizó Jesús en la Última Cena. Fue llevado a Roma por San Pedro, siendo allí conservado por los papas hasta Sixto II que lo confió al diácono San Lorenzo, quien era originario de España y regresó a su tierra natal Huesca por causa de la persecución del emperador Valeriano.
En España, el Grial debió ser protegido y ocultado en la región del Pirineo durante la invasión musulmana. Pasó por Yebra, Siresa, Santa María de Sasabe, Bailio y, por último, al Monasterio de San Juan de la Peña.
También permaneció en el Palacio real de La Aljaferia de Zaragoza, cuando en el año 1399 fue entregado al entonces Rey de Aragón, Martín el Humano, y permaneció un tiempo en el Real de Barcelona, para, posteriormente – en el año 1424- llegar al Palacio de Valencia con el segundo sucesor de Martín, el Rey Alfonso V. Este monarca, en el año 1437, con motivo de su estancia en Nápoles, confió el Cáliz, junto con otras reliquias, a la Catedral de Valencia.
Con información de EFE, Catedral de Valencia y gabrielsongel.blogspot.com.
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