Detroit (Jueves, 29-08-2019, Gaudium Press) El Coro Arquidiocesano de Detroit, Estados Unidos, será uno de los tres coros de Catedrales estadounidenses que cantarán en el Santuario de la Divina Misericordia en Cracovia el día 19 de abril de 2020, cuando la Iglesia en Polonia conmemora de manera especial los 100 años del nacimiento de San Juan Pablo II. El coro, bajo la dirección de Joe Balistreri, viajará con 50 integrantes, sus familias y amigos en compañía de un sacerdote para hacer de la gira una peregrinación.
Coro Arquidiocesano de Detroit en su presentación en la Basílica de San Pedro en el Vaticano. Foto: Coro Arquidiocesano de Detroit. |
«Debido a que es el centésimo cumpleaños de San Juan Pablo II, vamos a un tour de San Juan Pablo II, a diferentes lugares de su vida, mirando su pasado», relató el Director del Coro a Detroit Catholic. «Cantaremos un concierto en otro templo en Cracovia, pero el (evento) principal celebrará con el pueblo polaco la fiesta de la Divina Misericordia. Ya cantamos un poco de música polaca, y dado que la Eucaristía será pública, probablemente será en polaco».
Un coro para despertar el «Asombro Eucarístico»
La visita a Polonia es posible gracias al notable resurgimiento del Coro que lo llevó a interpretar ante el Papa Francisco en 2016 en la Basílica de San Pedro. «Reformamos el coro arquidiocesano en 2012, para convertirlo en un modelo de excelencia», relató Balistreri. «La gente trabajó muy duro, aprendiendo y orando su música. Ser invitado a Polonia es una confirmación para nosotros de que este trabajo lo vale, que la belleza lo vale. No importa en qué parte del mundo se encuentre, hay una necesidad de belleza; la gente tiene hambre de belleza».
La reestructuración del Coro obedece a una misión más elevada que la de la misma perfección técnica. «En ‘Desatar el Evangelio’, el Arzobispo Vigneron habla sobre la necesidad de que todos enciendan un ‘asombro eucarístico'», explicó el Director. «La Sagrada Eucaristía es increíble, y tenemos que adorarla con una belleza asombrosa. Debería inspirar belleza. Debe sonar como si estuviéramos asombrados en la presencia del Dios viviente». Esto no es sólo realizado a través del trabajo humano, sino que según Balistreri es una muestra de la acción divina. » La mayor alegría que tengo cuando dirijo es cuando el coro está cantando, y tenemos una cierta unidad que trasciende el texto. Nunca sucede en el ensayo, pero durante la Misa, cuando sentimos esa increíble unidad, cuando el Espíritu Santo está allí, hay mucha alegría. En ese momento, somos mucho mayores que la suma de nuestras partes. Es un sonido más fuerte y alegre».
«Cuando el Arzobispo está en la Catedral, representa a una Iglesia unida en Detroit, por lo que todo lo relacionado con la Misa debe gritar belleza», concluyó el maestro. «Ahí es cuando deseo que podamos aumentar nuestro esfuerzo tres veces; Cuando Cristo viene a nuestro mundo, debemos ofrecer belleza. Es la belleza lo que salvará al mundo».
Con información de Detroit Catholic.
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