Bhagalpur (Jueves, 12-09-2019, Gaudium Press) Un nuevo caso de acusaciones de supuestas conversiones forzadas causó la detención de dos sacerdote católicos y un catequista en el estado de Jharkhand, India, el pasado 06 de septiembre. El ambiente de desconfianza hacia los creyentes se expresa en este tipo de hechos y las leyes anticonversión, la más reciente de ellas aprobada en el estado de Himachal Pradesh.
Las leyes anticonversión han sido una herramienta de marginación en India. |
La nueva norma revive una ley ya derogada por el Tribunal Superior del Estado que tipificaba la conversión religiosa como delito. La ley sólo permite la conversión a la religión de los padres y establece penas de hasta siete años de prisión. Los castigos más fuertes se reservan para los matrimonios celebrados con el fin de realizar una conversión religiosa. De igual manera la norma prohíbe cualquier tipo de «incentivo» que pudiera recibir el converso en bienes materiales, trabajo, educación gratuita, entre otros.
«La renovación y endurecimiento de la ley anti-conversión por parte del gobierno de Himachal Pradesh es sorprendente, como lo fue la primera medida emitida en 2006», indicó a Fides el activista católico John Dayal. «Himachal Pradesh está situado en el Bajo Himalaya y está formado por pequeñas comunidades que viven muy lejos unas de otras. No hay intentos de conversión por la fuerza, fraude o incentivos. La razón de esta ley no se entiende. Las minorías religiosas siempre están aisladas y son blanco de ataques».
El activista también condenó la detención temporal del P. Arun Vincent, liberado horas más tarde de su arresto, y la del P. Benoy John y el catequista Munna Hansda, quienes podrían permanecer en detención varios días más. «Lo que está sucediendo en Jharkhand en particular, y en el centro de India, es motivo de profunda preocupación. Hay un estado patrocinado por el gobierno federal que actúa contra las minorías religiosas», indicó. «El hecho más preocupante es el intento de dividir a las personas según su religión. Todos somos ciudadanos indios. Esta política de división debe terminarse si se quiere mantener la paz y la unidad y fortalecer la democracia y el desarrollo».
Con información de Fides.
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