Papa habla a los Nuevos Obispos y alerta a los "Sí señor"

Ciudad del Vaticano (Viernes, 13-09-2019, Gaudium Press) En la mañana de este jueves el Papa Francisco recibió en el Vaticano a los obispos católicos que fueron nombrados en el último año.

Apóstoles de la escucha

«Sean apóstoles de la escucha, que saben oír hasta lo que no es agradable. Por favor, no se rodeen de aduladores y ‘sí señor’… los padres ‘profesionales’ que están siempre a la búsqueda… no, por favor», fueron palabras proferidas por el Papa a los nuevos obispos, informó la Sala de Prensa de la Santa Sede en una nota divulgada a los periodistas.

Francisco se dirigía a los nuevos obispos participantes del curso de formación promovido por las Congregaciones para los Obispos y para las Iglesias Orientales de la Santa Sede.

Proximidad con la comunidad

En la nota distribuida por la Sala de Prnesa del Vaticano consta que el Papa Francisco pidió a los obispos que sean cercanos a sus comunidades, con atención a la vida espiritual:

«Aun en nuestra pobreza, nos cabe a nosotros hacer que nadie sienta a Dios como distante, que nadie use a Dios como pretexto para levantar muros, derrumbar puentes y sembrar odio».

Disponibilidad real y vida simple

Francisco alentó también la necesidad de una «disponibilidad real», que coloque a los responsables católicos en contacto con aquello que los rodea:

«Por favor, no dejen que prevalezcan los temores por los riesgos del ministerio, retrayéndose y manteniendo las distancias».

En sus palabras, el Pontífice buscó mostrar la importancia de una vida marcada por la atención a los necesitados y por la sobriedad de vida.

Para el Francisco, «llevar una vida simple es testimoniar que Jesús nos basta».

Acompañamiento caritativo para con los sacerdotes

Una atención especial fue pedida por el Papa a los nuevos obispos.

Insistió en el acompañamiento caritativo y atento para con los sacerdotes y que esa atención fuese traducida en el empeño para la realización de visitas pastorales regulares.

Recordó el Papa: «También ellos están expuestos a las intemperies de un mundo que, aún cansado de las tinieblas, no ahorra hostilidad a la luz. Ellos necesitan ser amados, seguidos y alentados». (JSG)