Obispos de Francia rechazan proyecto de ley que apoya la procreación asistida a mujeres fuera de una familia

París (Miércoles, 25-09-2019, Gaudium Press) La Conferencia de Obispos de Francia organizó un evento en el Collège des Bernardins de París para manifestar sus objeciones al proyecto de ley de bioética que impulsa el gobierno del país. La norma incluye el acceso a la reproducción asistida a mujeres en uniones no equiparables al matrimonio o solteras.

Mons. Eric de Moulins-Beaufort, durante el debate organizado por la Conferencia Episcopal de Francia. Foto:  Conferencia Episcopal de Francia.

En el evento participaron el Arzobispo de Rennes y Presidente del grupo de trabajo sobre bioética de la Conferencia Episcopal, Mons. Pierre d’Ornellas, el Arzobispo de Reims y Presidente de la Conferencia Episcopal Francesa, Mons. Eric de Moulins-Beaufort, y el Arzobispo de París, Mons. Michel Aupetit.

Alterar la medicina para satisfacer los deseos

En su presentación inicial, Mons. Éric de Moulins-Beaufort indicó que los Obispos han sido consultados sobre el proyecto de ley y elogió el clima de atención y respeto hacia sus ideas. Sin embargo, lamentó que «nuestros políticos y muchos de nuestros parlamentarios permanecen ciegos a los temas de lo que decidirán porque están fascinados por las promesas de técnicas médicas y técnicas legales». Esta actitud es emulada por muchos ciudadanos, quienes atienden a las promesas y no prestan atención a cuestiones de fondo y, en ocasiones, de sentido común.

«La belleza del amor de un padre por sus hijos no es suficiente para justificar la manipulación médica de la procreación», alertó el prelado quien también denunció los «sofisticados arreglos legales» que han sido imaginados en la propuesta legal. «No decimos que los niños concebidos de esta manera serán fatalmente infelices», comentó el Arzobispo. «Pero decimos que nuestras sociedades están colectivamente equivocadas cuando afirman resolver el sufrimiento de los demás mediante técnicas médicas y legales y cuando transforman la medicina, hecha para sanar y curar si es posible, en respuesta a demandas y frustraciones. Nos preocupamos cuando nos damos cuenta de que ya no podemos hacer frente a las limitaciones y dolores de la condición humana sin crear constantemente nuevos derechos qué exigir».

El Arzobispo de París alertó por su parte que la norma pretende extender los servicios de reproducción asistida a mujeres fuera de una familia a causa de una supuesta discriminación, negada tanto por el Consejo de Estado como por el Consejo Europeo de Derechos Humanos. Las características de las uniones no equiparables al matrimonio y las de las mujeres solteras son diferentes a la de las familias en lo referente a la procreación, por lo cual los tratamientos previstos por la norma no constituyen alivio alguno para condiciones de infertilidad. «Estamos ante un cambio de paradigma en el que la medicina sanitaria se convierte en un ‘oficio’ al servicio de los deseos individuales», comentó el prelado. «La medicina se vuelve dependiente del mercado de la procreación, donde prevalecen los intereses financieros y la poderosa voluntad de los adultos. El niño deseado se reduce al estado del producto».

Mayores riesgos para los embriones

El Arzobispo alertó sobre la gradual derogación de las disposiciones legales que protegían a los embriones y garantizaban que la investigación y la medicina preservaran la vida humana naciente. «Esta vez, la ley va mucho más allá. Planea crear un régimen de investigación de células madre embrionarias humanas distinto del régimen de investigación de embriones», advirtió Mons. Aupetit. «El proyecto de ley también tiene como objetivo permitir la conservación del embrión humano in vitro por hasta 14 días. La única justificación para esta disposición se debe simplemente a la capacidad reciente del mundo científico para mantener un embrión humano en desarrollo in vitro hasta 14 días».

«El proyecto de ley también prevé la eliminación de la prohibición de la creación de embriones transgénicos o quiméricos. La prohibición solo cubriría la modificación genética de un embrión humano mediante la adición de células de otras especies», agregó el Arzobispo. «Vemos que estamos en la era del profesor Nimbus y los científicos locos». La raíz de estos abusos se encuentra para el prelado en «la incapacidad y el deseo expreso de no darle un estatus al embrión humano (…) Es hora de que en nuestro país, Francia, que se enorgullece de ser la patria de los derechos humanos, la ley considere seriamente la calificación legal del embrión humano».

Con información de Conferencia Episcopal de Francia.