Filadelfia (Lunes, 30-09-2019, Gaudium Press) Un grupo de apoyo para personas que se recuperan de las adicciones en Estados Unidos ofrece una alternativa sobrenatural poco explorada y muy efectiva: la prioridad del proceso es fomentar la unión personal con Dios, obtenida a través de los sacramentos, especialmente la Eucaristía y la Penitencia.
El lema de la Sociedad Calix: Sustituir la copa estupefaciente con la que santifica. Foto: Calix Society. |
«Jesús es la respuesta a todas nuestras preguntas y la solución a todos nuestros problemas», explicó el P. Douglas McKay, Capellán Nacional de la Sociedad Calix a Catholic Philly. «Y sabemos dónde está: en el Santísimo Sacramento». La organización surgió cuando un grupo de laicos comenzó a orar por la recuperación de un sacerdote que había caído en el alcoholismo en 1947. Fue creciendo paulatinamente y cuenta con 35 capítulos en varios países., los grupos deben contar con permiso del Obispo local y, en lo posible, contar con un Capellán.
Los miembros se reúnen para la celebración de la Eucaristía y el rezo del Santo Rosario, y se motivan mutuamente a proseguir en la recuperación y mantener su fidelidad a los sacramentos. Inicialmente se centraba en el alcoholismo, pero se ha abierto a otro tipo de adicciones debido a las características actuales de la dependencia. Según el P. McKay, es frecuente tratar «adicciones cruzadas» en las que unas sustancias actúan como puerta de acceso a otras.
La reciente apertura a todo tipo de adicciones refleja las condiciones actuales: «No fue como si de repente tuviéramos personas con otras adicciones», indicó el sacerdote. «Ya estaban llegando». La técnica de los 12 pasos, empleada por grupos de apoyo y que incluye la aceptación ante Dios de los errores cometidos, se enriquece con el sacramento de la Penitencia para llevar la sanación al nivel espiritual. «Necesitamos aprender a perdonarnos a nosotros mismos y comprender que Dios nos ama como somos, tratando de ser la persona correcta que creemos que Dios quiere que seamos», comentó a Catholic Philly Craig, un miembro de Calix en Nebraska. «Él no ama nuestros pecados, pero nos ama, como somos, en este momento».
El sacramento de la Penitencia abre las puertas a los fieles a la Sagrada Comunión, la principal ayuda para el proceso de recuperación y en la que se rompe el aislamiento que subyace bajo muchos casos de adicciones. «La Eucaristía es la gravedad del cielo, que nos atrae a casa», expuso el P. McKay. «Dios no nos creó para estar solos. Y cuando somos testigos entre nosotros de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas, la gente encuentra esperanza y de eso se trata nuestra fe católica».
Con información de Catholic Philly.
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