viernes, 22 de noviembre de 2024
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Se desarrolla en Santiago de Compostela Asamblea Plenaria del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa

Santiago de Compostela (Viernes, 04-10-2019, Gaudium Press) Desde este jueves 3 hasta el domingo 6 de octubre tiene lugar en Santiago de Compostela, España, la Asamblea Plenaria del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE). Presidentes de los episcopados europeos se congregan para reflexionar el tema «Europa, ¿hora de despertar? Los signos de la esperanza», que fue seleccionado para la ocasión.

Mons. Julián Barrio Barrio, Arzobispo de Santiago de Compostela, como obispo anfitrión, fue el encargado de dirigir un saludo de bienvenida a los miembros del organismo eclesial participantes en la asamblea:

«¡Bienvenidos! (…) Agradezco profundamente que hayan peregrinado a Santiago, y quieran desde aquí reflexionar sobre la realidad de Europa, descubriendo en su despertar los signos de esperanza. Les ofrecemos nuestra hospitalidad» .

Luego, recordando el mensaje que dejó San Juan Pablo II hace 37 años en su visita a Santiago de Compostela, el Arzobispo dijo que hoy «es necesario avivar las raíces cristianas y recordar el Evangelio a quienes lo han olvidado, y transmitirlo a quienes ya no lo conocen».

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«Europa, ¿hora de despertar? Los signos de la esperanza», es el tema escogido para la Asamblea Plenaria de la CCEE / Foto: Archidiócesis de Santiago de Compostela.

En este sentido, Mons. Barrio Barrio afirmó que Europa, a su parecer, «no ha malgastado su herencia espiritual», pero que, tal vez, «la tiene olvidada».

«Sabemos que el sentir religioso no desaparecerá jamás porque no se puede eliminar del corazón del hombre el significado de la propia vida, preguntándose sobre el misterio. Esto se traduce en una actitud religiosa con un vínculo entre religión y pueblo, lo que hoy está fallando en Europa», puntualizó.

Por su parte, el Cardenal Ricardo Blázquez, Arzobispo Metropolitano de Valladolid y Presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), también saludó, en nombre del Episcopado Español, a los miembros de la Asamblea del CCEE.

Señaló que Santiago de Compostela, como lugar de peregrinación a la tumba del Apóstol Santiago, «ayuda a anclar la fe cristiana y el sentido religioso en la persona de Jesús y en la trayectoria vital de nuestros pueblos». De otro lado, oró para que «El Apóstol oriente nuestro pasos» y «descubramos sus huellas en el presente de Europa».

El encargado de introducir los trabajos de las Asamblea fue el Cardenal Angelo Bagnasco, Arzobispo Metropolitano de Génova y Presidente del CCEE, quien inició su intervención realizando una reflexión en torno al incendio que afectó la Catedral de Notre Dame de París en abril pasado:

«Aquella noche se hizo más viva una percepción que parecía lánguida: la de ser europeos, y que lo que había ocurrido preocupaba a todo el mundo, más allá de las incomprensiones y los contrastes, de los intereses de parte y las sospechas recíprocas, más allá de ciertas arrogancias y burocracias pesadas».

A lo que añadió: «El continente europeo – desde el Atlántico hasta los Urales – tiene las condiciones para constituirse como un sujeto plural y unido, fuerte y respetuoso de los diferentes pueblos, convencido que las diferencias son la base de cualquier unión».

En otro momento reflexionó y anunció: «Podemos decir que el hombre occidental parece confundido, pero en su confusión esconde la oportunidad de un despertar, a menudo lento e incierto, a veces repentino como un relámpago. ¡Es el despertar del alma! El proceso ya comenzó y nadie puede detenerlo, porque el hombre no puede vivir sin la verdad, tampoco en una soledad radical. ¿No es este el kairós del momento? En este recodo queremos estar presentes, debemos ser como centinelas de la mañana, vigilantes y listos para indicar el nuevo día».

Concluyendo, el Cardenal Bagnasco alentó a los obispos europeos a «despertar de nuevo los cuestionamientos que duermen en el fondo del alma», los cuales, «pueden ser anestesiados, pero no pueden morir, porque el Creador las escribió en su conciencia como un tormento benéfico, de modo que el hombre no pueda conformarse con nada que sea menos de Dios».

En este sentido, dijo que desde el Santuario de Santiago de Compostela, que es rico en siglos y en fe, «quisiéramos dar un mensaje de esperanza a Europa en dificultad; desde aquí queremos recordar que negar los orígenes es la premisa del desconcierto personal y social».

Saludo del Papa Francisco

Con ocasión de la Asamblea Plenaria del CCEE, el Papa Francisco dirigió un mensaje al Cardenal Bagnasco, que fue leído al iniciar el encuentro. En él, el Santo Padre destacó el tema que se ha seleccionado, señalando que «es una importante provocación para reflexionar sobre los caminos que se pueden seguir para dar nuevamente la esperanza a Europa».

Luego subrayó el hecho que la Asamblea tenga lugar en la ciudad de Santiago de Compostela: «En ella se encuentran el centro y la periferia. Es, por lo tanto, un lugar altamente simbólico para redescubrir la gran riqueza de Europa unida en su tradición religiosa y cultural».

Asimismo, llamó a los hermanos en el Episcopado a vivir los días de la Asamblea «como un camino que tienda a ver los signos de esperanza que constelan en Europa en nuestros días», puesto que «hay muchos de ellos, con frecuencia escondidos y a menudo tendemos a no darnos cuenta».

Les invitó a vivir las jornadas bajo la lupa de la caridad, que «es el camino principal de la vida del cristiano».

«La caridad hacia el prójimo nos estimula a reconocernos como hijos de un solo Padre, que nos creó y nos ama. Por lo tanto, que no disminuya nuestro compromiso de dar testimonio de fe en nuestro tiempo a menudo perdido, sabiendo que la fe no se transmite a través del proselitismo, sino a través de la atracción, es decir, a través del testimonio», añadió el Papa.

Con información del CCEE.

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