Arica (Miércoles, 09-10-2019, Gaudium Press) Miles de peregrinos, acompañados de más de 27 asociaciones de bailes religiosos de Chile y de Perú, se encontraron en Livílcar, Región de Arica, Chile, para celebrar a Nuestra Señora del Rosario de las Peñas.
Los homenajes marianos, que tienen lugar cada año alrededor del primer domingo del mes de octubre, comenzaron el miércoles 2 y se extendieron el lunes 7 a través de diversas actividades, y con la participación de fieles procedentes de diversos puntos del norte de Chile y del sur de Perú.
El colorido de los trajes típicos, así como la alegría de los cantos y las danzas fueron la nota característica de la fiesta mariana y popular. El propósito: venerar la imagen de Nuestra Señora que se halla en la roca de la localidad de Livílcar.
Los tributos a la Madre del Rosario comenzaron en el Santuario de la Virgen en la noche del miércoles 2 de octubre con el rezo del Vía Crucis. Retomaron el jueves 3 en la tarde con la celebración de una Eucaristía en la plaza y la entrega de la imagen con la apertura del templo.
Dicen que la imagen de la Virgen del Rosario de las Peñas crece cada año / Foto: Confernecia Episcopal Chilena. |
El viernes 4 de octubre los homenajes giraron en torno a una Misa que ocurrió a las 20:00 horas y procesión a las 21:00; mientras que el sábado 5 se realizaron desde tempranas horas varios actos en honor a la Virgen: a las 00:00 ocurrió la Diana a cargo de las sociedades peruanas, luego a las 6:00 y 8:00, hubo celebraciones Eucarísticas, a las 11:00 otra Santa Misa y a las 12:00 los honores al pabellón nacional, para culminar la jornada a las 22:00 con la Misa y el rezo de las Vísperas.
La fiesta central ha tenido lugar el domingo 6 de octubre con varias celebraciones eucarísticas, siendo la principal la que ocurrió a las 20:00 horas; y una procesión, realizada a las 21:00.
Mons. Moisés Atisha, Obispo de San Marcos de Arica, fue el encargado de presidir la Eucaristía, quien acompañó desde temprano a los peregrinos con el Sacramento de la Reconciliación.
Durante la homilía, el prelado hizo énfasis en el texto de la Anunciación. Señaló que el desconcierto es una clave de fe, ya que lleva al discernimiento, como lo hizo María, como Sierva y Esclava.
También animó a los peregrinos a llevar a delante su fe, pero en las manos de María, «para que sea ella quien muestre el rostro amoroso de su hijo Jesucristo».
La venerada imagen de la Virgen de las Peñas de Arica está tallada en relieve sobre la roca. Mide más de medio metro, pero existe una tradición que dice que ella crece cada año un centímetro, y que su tamaño original era como el de una paloma.
No se conoce con certeza el origen del Santuario. Algunos dicen que para 1700 ya se sabía de su existencia, pero las referencias oficiales solo están presentes a partir del año 1840.
La devoción a la Madre del Rosario de las Peñas está vinculada con un hecho sobrenatural que dicen ocurrió en el año 1641.
Cuentan que un arriero, quien se encontraba cruzando el río con sus mulas, escuchó unos gritos de una joven: era una pastorcita que estaba asediada por una gran serpiente que amenazaba con morderla. El arriero de inmediato va en ayuda de la joven e implora para ella el auxilio de la Virgen. En ese momento una voz le contesta desde la pared indicándole que no tuviera miedo. El arriero no supo de dónde procedía esa voz, pero vio como un rayo iluminó todo el lugar salvando de inmediato a la pastocita. Luego vio con asombro cómo la imagen de Nuestra Señora había quedado petrificada en la pared.
Con información de Conferencia Episcopal de Chile.
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