Southfield (Jueves, 17-10-2019, Gaudium Press) La Eparquía católica caldea de Santo Tomás Apóstol en Southfield, Estados Unidos, una de las dos jurisdicciones caldeas en el país, envió a la Santa Sede los documentos de la investigación concerniente a la causa de beatificación de Mons. Paulus Raho, el P. Ragheed Ganni y la Hna. Caecilia Hanna. Los tres posibles mártires dieron su vida durante la persecución religiosa en Irak a manos de grupos terroristas que luego harían parte del Estado Islámico.
Documentos sellados por Mons. Francis Y. Kalabat, Prelado de la Eparquía Caldea de Santo Tomás Apóstol. Foto: Jonathan Francis / Eparquía Caldea de Santo Tomás Apóstol. |
La Hna. Hanna, miembro de la Congregación del Sagrado Corazón de Jesús, ofrendó su vida a los 71 de edad en 2002. La religiosa había decidido quedarse sola en el convento de Bagdad para no dejar solo a Jesús durante la ausencia de las demás religiosa. Unos ladrones ingresaron al convento y asesinaron a la religiosa decapitándola, un método empleado en numerosos casos de asesinato por odio a la fe cometidos por musulmanes radicales.
El segundo en sacrificar su vida fue el P. Ganni, párroco del Espíritu Santo en Mosul, Irak, quien no aceptó las presiones de los extremistas y fue asesinado el 03 de junio de 2007 junto a tres sub diáconos. «Se le dijo que cerrara la iglesia, que no abriera las puertas nunca más, de lo contrario ‘vamos a atacar, vamos a matarlo'», relató a Detroit Catholic el P. Patrick Setto. «Y (el Padre Ganni) dijo: ‘Nunca cerraré las puertas de la iglesia; Nunca cerraré la casa de Dios a nadie. Entonces, pase lo que pase, abriré esas puertas y celebraré la misa. Y lo hizo». Los terroristas cumplieron su amenaza.
El Obispo Paulus Raho, quien ya había sido objeto de amenazas de muerte, asumió el cuidado pastoral de la parroquia del Espíritu Santo donde fue asesinado el P. Ganni. Consciente del peligro que corría, había dejado indicaciones a la Diócesis de no pagar un rescate en caso de ser secuestrado. Un año después del asesinato del P. Ganni, Mons. Raho fue secuestrado por terroristas al finalizar el rezo del Santo Vía Crucis un día viernes. Dos semanas más tarde fue hallado el cuerpo sin vida del prelado.
Los procesos de los tres posibles mártires son menos complejos que las de las beatificaciones usuales, ya que no se requiere un milagro para la beatificación, sino la declaración formal por parte del Papa de que los creyentes fueron asesinados por odio a la fe, después de un proceso en el que se evalúa detenidamente el testimonio cristiano de los investigados y las circunstancias de la muerte.
«Es muy fácil practicar tu fe a nivel diario cuando tu vida no se ve amenazada», comentó el P. Setto al reflexionar sobre el significado del martirio. «Todos somos muy bendecidos (en los Estados Unidos) de poder ir a la iglesia, en su mayor parte, sin ser perseguidos, sin temor por nuestras vidas». Ante el misterio de la persecución, el testimonio de los mártires es un signo de la realidad de la Resurrección. «Cristo está vivo, y si Él está vivo, entonces todos debemos enfrentar nuestra fe de una manera totalmente diferente debido a eso».
Con información de Detroit Catholic.
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