San Salvador (Viernes, 18-10-2019, Gaudium Press) Los acusadores no afirmaban con la verdad, y las consecuencias fueron terribles, las peores para un sacerdote: su expulsión del estado clerical.
Se trata del P. Antonio Molina, quien había sido acusado por Isaí Mendoza, de 36 años, de haber abusado de él cuando era adolescente. El 8 de octubre pasado Mendoza se retractó ante la justicia salvadoreña: «Todo lo que dije es falso. Quiero pedir disculpas públicas por las declaraciones que hice falsamente ante el arzobispado».
P. Molina – Foto: La Prensa Gráfica |
La Congregación de la Doctrina de la Fe expulsó al padre del estado clerical, decisión que fue comunicada al P. Molina por el Arzobispo de San Salvador.
¿Cómo se siente?
«¡Me siento como desde el inicio, pues, inocente. Contento también, no puedo mentir que me siento satisfecho. Doy gracias a Dios que terminó toda esta historia. Todavía no sé qué viene pero ya lo afrontaré con mayor paciencia y serenidad. Lo que sí creo que vale la pena es que sepas que yo no tengo odio, ni rencor, ni deseos de venganza con nadie», dijo el Padre.
También dos hermanas gemelas que lo habían acusado de tocamientos lascivos se retractaron ante la justicia.
Sobre si volverá al sacerdocio, el P. Molina dice «no puedo exigir nada». Sin embargo manifiesta que el Papa ya ha sido debidamente informado por el Arzobispo de San Salvador.
En declaraciones, Mons. José Luis Escobar Alas, Arzobispo, expresa que hay «dos legislaciones diferentes e independientes: la legislación canónica de la Iglesia y la legislación civil, criminal y del Estado. Nosotros, como diócesis, solo escuchamos a las víctimas, recogemos su denuncia y la remitimos a la Santa Sede. Y también escuchamos, está claro, al sacerdote que es denunciado. Además, recogemos las declaraciones de los testigos, cuando existen. Pero el proceso propiamente dicho es realizado por el Vaticano».
Con información de Aleteia
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