Sevilla (Martes, 29-10-2019, Gaudium Press) La Eutanasia se ha convertido nuevamente en tema de debate en España, por esta razón. Mons. Juan José Asenjo, Arzobispo de Sevilla, España, en su más reciente carta pastoral ha recordado a los fieles de su diócesis que ella es un mal y una acción inmoral.
«Como es bien sabido, la eutanasia es la acción u omisión tendente a acelerar la muerte del anciano o del enfermo terminal o desahuciado con el propósito de ahorrarle sufrimientos. Permitida ya en algunos países, es uno de los signos más evidentes de la deshumanización de nuestra sociedad», indica el prelado en la misiva.
Sobre lo cual agrega: «Aunque se enmascare con eufemismos tales como ‘muerte digna’ o ‘muerte dulce’, es un verdadero asesinato y, por ello, una acción gravemente inmoral».
Recuerda que toda vida humana es digna y merece el mayor respeto, sobre todo en la enfermedad y en la ancianidad. De acuerdo con Mons. Asenjo el error es caer en la mentalidad eficientista:
«La mentalidad eficientista hoy imperante tiende a marginar a estas personas, como si fueran solo un peso y un problema para la sociedad. Quienes creen en la dignidad de todo hombre o mujer, cualquiera que sea su estado y situación, saben que hay que respetarles y sostenerles, aunque su estado sea terminal».
En este sentido, el Arzobispo de Sevilla señala que lo que sí es lícito es acudir a los cuidados paliativos: «aunque no curan, pueden aliviar los sufrimientos del enfermo, sin olvidar el amor, el cariño, el consuelo y el acompañamiento, tan importantes como los cuidados clínicos».
También llama a las familias a acoger a los ancianos y seres queridos enfermos en estado terminal:
«En la atención a los ancianos y enfermos deben involucrarse las familias. El ideal sería que sean ellas las que acojan y se hagan cargo de ellos con afecto y alegría, de forma que los ancianos y enfermos terminales puedan pasar el último período de la vida en su casa y prepararse a la muerte en un clima de calor familiar».
Para Mons. Asenjo, la atención espiritual es igualmente importante, por eso – como señala el prelado – «debe facilitarse a estas personas el consuelo de la oración, el acceso a los sacramentos, la visita del sacerdote y el consuelo de los hermanos en la fe, los equipos parroquiales de pastoral de la salud».
El arzobispo, haciendo eco del reiterado llamado de los pontífices a cuidar la vida humana en todas sus etapas, dice que «la vida del hombre es un don de Dios que todos debemos custodiar siempre».
«Tal deber corresponde sobre todo al personal sanitario cuya vocación específica es ser servidores de la vida en todas sus fases, particularmente en la ancianidad y en la enfermedad terminal. En esas circunstancias, el remedio no es quitar la vida al enfermo, aunque él lo pida, sino aliviar sus sufrimientos, cosa que hoy es posible. Idéntico deber corresponde también a las familias, que no pueden disponer de la vida de un ser querido enfermo. Otro tanto cabe decir de los políticos y legisladores, que no pueden enmendarle la plana al único dueño de la vida que es Dios», agrega Mons. Asenjo.
Ante estas premisas, el prelado hace un apremiante llamado: «En estos momentos, en España necesitamos un compromiso real para que la vida humana sea respetada en todas sus fases, desde la concepción hasta el último aliento».
El Arzobispo de Sevilla concluye la carta pastoral exhortando a los cristianos a no perder la esperanza y recordar el significado trascendente del sufrimiento:
«Para los cristianos la fe en Cristo ilumina la enfermedad y la ancianidad. Muriendo en la cruz, Jesús dio al sufrimiento humano un valor y un significado trascendente. Ante el sufrimiento y la enfermedad los creyentes no podemos perder la serenidad, porque nada, ni siquiera la muerte, puede separarnos del amor de Cristo».
Con información de la Archidiócesis de Sevilla.
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