Washington (Sábado, 02-11-2019, Gaudium Press) El Presidente del Comité para Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, Mons. Joseph F. Naumann, redactó una carta a los miembros del Congreso pidiendo la aprobación de normas que garanticen un trato digno de los restos de niños víctimas de aborto. El prelado citó el reciente escándalo del hallazgo de restos fetales conservados por un médico abortista y los reportes de otros tratos indignos realizados en clínicas de aborto.
Mons. Joseph F. Naumann, Arzobispo de Kansas, Estados Unidos. Foto: Scott Maentz. |
«La Iglesia ha enseñado durante mucho tiempo que ‘el cuerpo humano comparte la dignidad de la imagen de Dios’, que nuestros cuerpos son un recordatorio de la resurrección corporal de Jesús y de esa resurrección que nosotros también experimentaremos después de la muerte», comentó Mons. Naumann. «Enterrar a los muertos se enseña como una de las siete obras corporales de misericordia».
El respeto por los restos de los difuntos no es sólo promovido por los católicos sino por numerosas confesiones religiosas y por la sociedad en general. «Las regulaciones sanitarias, la orientación ética para la medicina y la ciencia, la respuesta a emergencias y traumas y las creencias religiosas y morales apuntan a la necesidad para que una sociedad disponga respetuosamente de cada cuerpo humano», recordó el Presidente del Comité.
El Arzobispo pidió a los miembros del Congreso apoyar la Ley de Dignidad para los Niños Abortados, sin importar su posición personal frente al aborto. «Ya sea que apoyen o se opongan al aborto legalizado, espero que estén de acuerdo en que estos cuerpos humanos no deben ser descartados sin sentido como desperdicios médicos o preservados según el antojo del médico abortista», concluyó. «Esa cortesía básica es coherente con el trato de la sociedad de todos los difuntos, incluyendo los cadáveres, los órganos y tejidos donados, los restos que son recuperados después de incidentes traumáticos, entre otros. Como nación, podemos al menos unirnos en asegurar que todos los restos humanos sean tratados con una dignidad humana básica».
Con información de USCCB.
Deje su Comentario