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China – Pekín (Martes, 05-11-2019, Gaudium Press) El gobierno comunista chino decretó la demolición de un templo católico localizado en la Diócesis de Handan (Hebei), incluso siendo totalmente reconocido y aprobado por las autoridades locales.
Después de intentar dialogar con los responsables, sin haber obtenido éxito, un grupo de sacerdotes y parroquianos, se atrincheró en la iglesia de Wu Gao Zhang (distrito de Guan Tao) para impedir el cumplimiento del decreto. De acuerdo con el documento, la decisión de destruir este templo católico está basada en el hecho del mismo no poseer todos los permisos y licencias necesarias.
Desde septiembre de 2017, cuando el gobierno chino promulgó nuevos reglamentos estrictos para la religión, las iglesias están siendo vigiladas para que cumplan con los requisitos establecidos para poseer la licencia de funcionamiento. Los templos que no lo hacen son destruidos.
Muchos católicos chinos afirmaron a AsiaNews que el acuerdo entre la Santa Sede y China, firmado en septiembre de 2018, incentivó al gobierno a tomar medidas punitivas contra católicos que no pertenecen a iglesias aprobadas por el Estado.
La Iglesia en China permaneció, durante décadas, dividida entre la Asociación Católica Patriótica China, una iglesia estatal bajo el control del Partido Comunista Chino y la Iglesia clandestina que estaba en plena comunión con la Santa Sede. El acuerdo realizado en 2018 tenía por objetivo unificar las dos comunidades eclesiásticas. A pesar de eso, hay relatos de persecución contra sacerdotes y laicos que se niegan a adorar en las iglesias administradas por el gobierno.
En las provincias de Jiangxi y Fujian, al este de China, los sacerdotes que se negaron a firmar acuerdos que los vinculaban a los reglamentos del gobierno fueron expulsados de sus casas y tuvieron sus iglesias cerradas. Al menos cinco templos católicos en la Diócesis de Yujiang fueron cerrados a la fuerza por el gobierno, en julio y agosto de este año, por negarse a ingresar a la Asociación Católica Patriótica China.
Ya en agosto, oficiales del gobierno amenazaron prender un sacerdote clandestino y revocar subsidios básicos del gobierno a todos los católicos de la ciudad de Yingtan después del rechazo de la parroquia en unirse a la Iglesia patrocinada por el estado.
En entrevista a la revista Bitter Winter un sacerdote de Yujiang relató que el gobierno chino monitorea la actividad diaria de los sacerdotes de la Asociación Católica Patriótica China. «El gobierno coloca espías en las iglesias de la Asociación Católica Patriótica China para controlar especialmente lo que los sacerdotes dicen en sus sermones y en las actividades que realizan. Básicamente, el estado sabe todo sobre los sacerdotes», alertó. (EPC)
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