Redacción (Martes, 05-11-2019, Gaudium Press) Teniendo todavía presente las reflexiones que el Día de Finados trae a nuestras almas, transcribimos aquí reminiscencias de una conferencia realizada por el profesor Plinio Corrêa de Oliveira a un grupo de jóvenes estudiantes.
Almas santas amadas por la Virgen
Las almas del Purgatorio son queridas a la Santísima Virgen; son almas predestinadas y santas, almas que mucho la aman y que, en su mayor parte, la sirvieron con fidelidad durante su vida sobre la Tierra.
María desea que aliviemos las almas del Purgatorio
«La Bienaventurada Virgen alcanza también gracias para las almas que se encuentran en el Purgatorio, donde expían los pecados que cometieron en esta vida».
«Por medio de sus súplicas, Ella abrevia la punición de esas almas, la suaviza y la alivia de mil modos».
San Alfonso y las penas del purgatorio
No es otra la afirmación de San Alfonso de Ligorio, según el cual, «por los merecimientos de María, no solo se tornan más leves, sino también más breves las penas de las almas del Purgatorio, apresándose, con la intercesión de la Santísima Virgen, el tiempo de la expiación. Basta que Ella formule un pedido en este sentido».
Nuestra Señora y nuestras acciones por las almas del Purgatorio
De modo muy especial, la Madre de Dios desea nuestras acciones a favor de los miembros de la Iglesia que padece.
A ese respecto escribe el P. Jourdain:
Las almas del Purgatorio son queridas a la Santísima Virgen; son almas predestinadas y santas, almas que mucho la aman y que, en su mayor parte, la sirvieron con fidelidad durante su vida sobre la Tierra.
En las almas del Purgatorio María ve a las hijas bien amadas del Padre Eterno, las esposas de su Divino Hijo, los templos del Espíritu Santo, las imágenes de Dios que brillarán un día en el cielo con maravilloso fulgor. Ella ve en esas almas el precio de la sangre de su adorable Jesús, las flores inmortales que adornarán su propia corona durante la eternidad. En ellas, María ve a sus propios hijos. […]
Rezar por las almas del Purgatorio es preparar su propio sufragio
Concurriendo para el alivio de esas almas, practicamos numerosos actos de virtud y preparamos nuestro propio socorro para el tiempo en que estemos en el purgatorio. […]
Muy raros son aquellos que van directamente al cielo, al salir de esta vida.
Por tanto, si salvamos nuestra alma, la salvaremos pasando por el fuego, según la palabra del Apóstol (I Cor. XIII, 15). […]
Las almas de los fieles difuntos por misericordia de Dios descansen en paz. Amén.
Con esta última súplica, recordemos a las almas que se encuentran en el Purgatorio, para las cuales solicitamos, a ruegos de María, el perpetuo descanso.
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