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Redacción (Lunes, 11-11-2019, Gaudium Press) Etimológicamente, la palabra «envidia» viene del verbo latino «videre» que indica la acción de ver, y de la partícula in. De esta forma, «invidere» significa mirar con malos ojos, proyectar sobre el otro una mirada maliciosa.
Definiciones
Según el Nuevo Diccionario Aurelio de la Lengua Portuguesa (1986) envidia es:
1- Disgusto o pesar por el bien o la felicidad de otro;
2- Deseo violento de poseer el bien ajeno. El Diccionario Houaiss (2003), define envidia como: «sentimiento en que se mezclan el odio y el disgusto, y que es provocado por la felicidad o la prosperidad de otro. Es el deseo irrefrenable de poseer o gozar, en carácter exclusivo, lo que es poseído o gozado por otro».
3- Para Tanquerey (1955, p. 531), la envidia es al mismo tiempo: «pasión y vicio capital. Como pasión es una especie de tristeza profunda que se experimenta en la sensibilidad a la vista del bien que se observa en los otros; esta impresión es acompañada de una constricción del corazón que le disminuye la actividad y produce un sentimiento de angustia…»
4- Según la Enciclopedia Europeo-Americana (1930, p. 203) la envidia, en su concepto filosófico, «Es una pasión que es al mismo tiempo, hija del orgullo y la malquerencia. Es un profundo pesar del bien que el otro goza y que se vuelve contra las personas a quien quiere mal porque poseen lo que él por envidia quisiera para sí».
Filósofos
Las definiciones sobre la envidia que ofrecen los diversos filósofos en el transcurso de la Historia concuerdan notablemente entre sí.
En la tradición aristotélica, ella es un dolor causado por la buena fortuna que gozan algunos de nuestros semejantes.
Para Santo Tomás de Aquino (Suma Teológica II-II, q. 36, a. 1.) la envidia es: «La tristeza del bien ajeno mientras se considera como mal propio, porque disminuye la propia gloria o excelencia».
Por el Padre Inácio Almeida, EP
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