Qamishli (Martes, 12-11-2019, Gaudium Press) Mons. Boutros Marayati, Arzobispo armenio católico de Alepo, habló con la agencia Fides sobre el asesinato del P. Hovsep Hanna Petoyan y su padre, quienes fuerton muertos cuando se dirigían ayer a la ciudad de Deir ez Zor, al noreste de Siria, presumiblemente por militantes del autodenominado Estado Islámico. «Para nosotros son mártires. Lo que ha sucedido confirma que la guerra no ha terminado en esta zona, como nos hubiera gustado», dijo.
«A la ciudad de Qamishli llegaron muchos refugiados cristianos provenientes de Deir ez-Zor cuando a esa ciudad llegó la guerra. El padre Hovsep trabajó con ellos y durante mucho tiempo supervisó los proyectos de ayuda de organizaciones internacionales para reconstruir la iglesia y las casas de los cristianos en Deir ez Zor. Por eso se trasladaba a esa ciudad cada dos semanas, para comprobar cómo iban los trabajos. Ya había ido seis veces a esa ciudad tan querida para los armenios donde se encuentra el santuario de los mártires del genocidio, también destrozado durante el conflicto. No tuvo ningún problema en ninguno de los otros viajes», explicó el arzobispo.
Junto al sacerdote y al padre del sacerdote, viajaba un diácono armenio, que también fue herido en el asalto, perpetrado por dos atacantes.
Además de que el autodenominado Estado Islámico se atribuyó la autoría del hecho, no existen dudas de que el objetivo era el sacerdote, pues el auto en el que viajaba la comitiva decía en el exterior que pertenecía a la Iglesia católica armenia.
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