Managua (Martes, 19-11-2019, Gaudium Press) La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) publicó un comunicado oficial de respuesta ante los ataques sufridos en la iglesia de San Miguel Arcángel en Nicaragua, donde un cerco policial incomunicó el templo y retiró los servicios de agua y electricidad para afectar a siete madres que realizan una huelga de hambre por la liberación de sus hijos, y en la Catedral de Managua, donde miembros de grupos afines al régimen del Presidente Daniel Ortega golpearon a un sacerdote y una religiosa.
Comunicado de la Conferencia Episcopal de Nicaragua sobre los ataques y acoso policial a los templos católicos. |
La Conferencia publicó una declaración propia, una declaración de la Arquidiócesis de Managua sobre el ataque a la Catedral y una declaración adicional sobre el asedio e intimidación contra la Parroquia de San Miguel en Masaya. «Nos solidarizamos con Su Eminencia Reverendísima Cardenal Leopoldo José Brenes y hace suya su preocupación de padre ante el asedio que sufre su hijo el Reverendo Padre Edwin Román junto a los demás feligreses con los que se encuentra al interior de la parroquia San Miguel en Masaya», indicaron los Obispos del país. Los prelados manifestaron su «profunda preocupación por las agresiones físicas contra algunos consagrados, el acoso, asedio e irrespeto contra la Catedral Metropolitana y otros templos parroquiales de la Arquidiócesis de Managua y por la indiferencia del Estado ante los derechos de los nicaragüenses que manifiestan su dolor y sus necesidades comprometiendo sus vidas».
«Exhortamos a los responsables de estos asedios para que depongan su postura. Es demasiado el dolor que han sufrido los nicaragüenses», lamentaron los Obispos. «Las familias que se encuentran asediadas cargan con un doble sufrimiento: la falta de libertad de sus familiares encarcelados y, ahora, el estado de sitio que atenta contra sus vidas. Pedimos al Gobierno escuche sus peticiones, que a la vez son sus derechos».
Los hechos a los que hace referencia la declaración incluyen el cerco policial al templo de San Miguel Arcángel, donde las autoridades no permiten el acceso de ninguna persona ni tampoco de alimentos, agua o medicinas, poniendo en riesgo a las siete madres que protestan por la liberación de sus hijos y al sacerdote Edwin Román. Los policías empujan las puertas y amenazan con entrar por la fuerza y permiten que se aproximen grupos favorables al régimen para presionar e insultar a quienes se encuentran al interior del templo. «La dictadura no tiene respeto a Dios», afirmó el P. Román a los medios de comunicación.
El segundo hecho de violencia se registró en la Catedral Metropolitana de Managua, cuando un grupo de personas afines al gobierno ingresaron al templo y tomaron control del mismo. Al recibir reclamos por parte del P. Rodolfo López y de la religiosa Hna. Arelys Guzmán, respondieron con violencia golpeándolos y expulsándolos de la Catedral. La Arquidiócesis reclamó el respeto de todos los templos católicos y el cese de los actos de asedio contra la Catedral y las parroquias. «Exhortamos a todo nuestro pueblo a intensificar los momentos de oración frente a Jesús Sacramentado y el Rezo del Santo Rosario, pidiendo por la Paz en nuestro país. ‘Nuestra Fuerza es la Oración'», exhortó el comunicado.
Con información de Conferencia Episcopal de Nicaragua.
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