Washington (Lunes, 25-11-2019, Gaudium Press) Con un cáliz proveniente de una parroquia de Qaraqosh, Irak, el cual recibió impactos de bala durante la ocupación de la Llanura de Nínive por parte del grupo terrorista Estado Islámico, la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción en Washington, Estados Unidos, acogió la celebración de una Noche de los Testigos. El evento, organizado por la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada, comparte testimonios y hace visible el sufrimiento de millones de cristianos perseguidos en el mundo.
Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción en Washington, Estados Unidos, iluminada de rojo durante la Noche de los Testigos. Foto: AIN. |
Entre los testimonios presentados en la vigilia se destacó el del P. Romeo Saniel, sobreviviente y quien tuvo que atender pastoralmente a otros sobrevivientes de los ataques con explosivos a la Catedral de Nuestra Señora del Monte Carmelo en Jolo durante una Eucaristía dominical. «Fui paralizado por el miedo», recordó el sacerdote sobre su experiencia del ataque, pero luego «me di cuenta que el Señor me salvó por una razón. La sangre de los mártires nos inspira a vivir para el Señor y Su Reino».
Otro testimonio, compartido de forma escrita y leído por la Teniente de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén Valencia Camp, es de la Hna. Ghazia Akbar, miembro de las Hijas de San Pablo. La religiosa. La Hna. Akbar sirve en Pakistán y enfrenta la persecución cotidiana por parte de «fanáticos musulmanes». Los cristianos locales suelen tener acceso únicamente a trabajos denigrantes y no encuentran defensores en la sociedad por las presiones de los sectores extremistas y las amenazas de las leyes de blasfemia.
Durante la vigilia, se encendieron velas mientras se leían los nombres de creyentes que murieron a causa de la persecución religiosa en los dos últimos años. Las víctimas corresponden principalmente a fieles en Medio Oriente, el sur de Asia y varias naciones de África. «Muchas de estas víctimas sufren y perecen anónimamente», describió George Marlin, presidente de Ayuda a la Iglesia Necesitada en Estados Unidos. La vigilia fue presidida por Mons. Christophe Pierre, Nuncio Apostólico en los Estados Unidos.
Con información de Catholic Philly.
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