Bangkok (Martes, 26-11-2019, Gaudium Press) Francisco estuvo en Tailandia del 20 al 23 de noviembre, antes de ir para Japón y dar continuidad a su Viaje Apostólico a Asia.
Al despedirse, el Papa Francisco dejó de regalo dos recuerdos para la Nunciatura en Tailandia.
Una Medalla: el primer regalo
El primer recuerdo fue una medalla conmemorativa de este viaje suyo.
Al lado izquierdo de ella aparece Nuestra Señora de la Asunción, patrona de Tailandia, y al lado derecho está la Virgen con el Niño Jesús en los brazos, que en Japón es venerada con el título de ‘Virgo de Inventione Christianorum’.
En el centro de esta cara, entre las dos efigies de la virgen, está una cruz y, sobre ella, una hoja de palmera, símbolo del martirio.
En el borde de la medalla, hay 33 semillas, cada una con la inicial del nombre de los 26 mártires japoneses y 7 tailandeses.
Además de eso, aparece inscrito el motivo del viaje, que es la visita a Tailandia y al Japón y el año 2019, escrito en algoritmos romanos.
Un Mosaico: el segundo regalo
El segundo regalo dejado por el Papa como recuerdo de su visita es un mosaico del blasón del Papa Francisco.
Según descripción de la Santa Sede, fue elaborado con el sistema tradicional de «corte manual y configuración de cada mosaico de color individual».
Entre los símbolos diseñados en el blasón del Papa Francisco, aparece en la parte superior el de la Compañía de Jesús y en la parte inferior lema de Francisco:
«Miserando atque eligendo», tomado de las homilías de San Beda el Venerable que, al comentar el episodio evangélico de la vocación de San Mateo, escribió:
«Vidit ergo Iesus publicanum et quia miserando atque elige vidit, ait illi Sequere me», que, traduciendo, quiere decir:
«Vio Jesús un publicado y, como lo miró con sentimiento de amor y lo escogió, le dijo: Sígueme».
(JSG)
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