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San Pablo – Tambaú (Martes 26-11-2019, Gaudium Press) El sábado 23 de noviembre, el Padre Donizetti Tavares de Lima fue beatificado durante ceremonia, en la ciudad de Tambaú, Diócesis de San Juan de la Buena Vista, Brasil.
El Cardenal Giovanni Angelo Becciu, Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos y enviado del Papa Francisco, presidió la Santa Misa iniciada a las 09:00 horas en un altar de 75 metros en formato de cruz, contando con la presencia de cerca de 20 mil devotos, además de religiosos, seminaristas, sacerdotes y obispos.
En su homilía, el purpurado destacó el ejemplo dejado por el nuevo beato como «sacerdote celoso, hombre de oración y acción, que vivió la doctrina social de la Iglesia. En su gran humildad, él se consideró el último de los padres, pero la Iglesia ahora lo coloca como modelo para todos los sacerdotes».
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Volviéndose a los sacerdotes, el enviado del Papa resaltó que el nuevo Beato «nos alienta a dedicar nuestra vida totalmente al ministerio, tornándonos voz de cuantos no tienen voz en la sociedad, defendiendo los indefensos y apoyando los abandonados».
Exhortó a los seminaristas para que busquen en el Padre Donizetti «el modelo de discernimiento vocacional que los lleve a tornarse luz y sal de la tierra en el contexto del mundo y la sociedad con sus desafíos».
Dirigiéndose a los laicos, el Cardenal Becciu explicó que el Beato Donizetti «representa un ejemplo luminoso de vida evangélica también para los fieles laicos, llamados a colocar los propios talentos al servicio de la evangelización, en particular, como recordó el Concilio Vaticano II, animando con el espíritu cristiano las realidades temporales».
«En el Beato Donizetti Tavares de Lima brilla la imagen de Cristo Buen Pastor, preocupado por ir a la búsqueda de la oveja perdida, de curar las heridas, de tratar a los que están enfermos, apacentando el rebaño según la justicia. Como párroco, no escatimó esfuerzos al servicio de su gente, nadie era excluido de su atención» y, «en todas las criaturas sufridoras, veía el rostro de Cristo», afirmó.
Tratando sobre las obras del nuevo Beato, el purpurado preguntó: «¿Dónde encontró tanta energía para vivir una misión tan vasta y extraordinaria?». En seguida responder que «antes que nada, en la oración. Los testigos refieren que rezaba mucho, celebraba con fervor, estaba frecuentemente en oración delante del Santísimo Sacramento».
El Padre Donizetti también «nutria una devoción filial a Nuestra Señora», con el título de Aparecida «frente a las gracias y ayudas celestes que obtenía con su oración, repetía: ‘Yo no soy nadie, pero puedo obtener de Dios, a través de Nuestra Señora'», concluyó. (EPC)
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