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Bahía – Salvador (Martes, 10-12-2019, Gaudium Press) En la mañana del pasado domingo, 08, millares de fieles se reunieron en la Basílica Santuario Nuestra Señora de la Concepción de la Playa, para celebrar la fiesta de la Patrona de Bahía.
El templo quedó repleto de devotos ya por la mañana, que participaron de las Santas Misas celebradas de hora en hora a partir de las 5:00 horas. La celebración Eucarística de las 9:00 horas fue presidida por el Arzobispo de Salvador y Primado del Brasil, Mons. Murilo Krieger, de forma solemne.
En su homilía, el prelado destacó que «la Fiesta de la Inmaculada Concepción de la Playa forma parte de la espiritualidad mariana. Podemos decir que aquí en Bahía comenzó y se expandió la devoción a Nuestra Señora por todo el Brasil, por eso es grande nuestra responsabilidad, pero también es grande la responsabilidad de la Madre de Jesús, coronada como Patrona del Brasil y ella tiene que extender su intercesión y protección para todo este Estado que tanto la ama».
El primado del Brasil también trató sobre la devoción a Nuestra Señora y convocó a los fieles a observar como ellos ven la Madre de Jesús. «Hoy queremos mirar a María, la Inmaculada, la concebida sin pecado, aquella que fue privilegiada de parte de Dios en vista de su Hijo Jesús. Pero, ¿cómo queremos verla? ¿Con qué mirada? En primer lugar, queremos mirar para María con la mirada de hijos e hijas. Es un privilegio, que no entendimos todavía, podemos llamarla de Madre. Decir para ella aquello que ella oyó durante 30 años en la casa de Nazaret, y más los tres años de la predicación de Jesús: ‘Madre, mi madre'», resaltó.
Recordando los 470 años de la devoción a Nuestra Señora de la Concepción de la Playa, la jueza de la Hermandad Santísimo Sacramento y Nuestra Señora de la Concepción de la Playa, Marília Gabriela da Silva Dias, afirmó que «hoy estamos de fiesta, son 470 años de fe y devoción a Nuestra Señora de la Concepción. Estamos aquí, después de nueve días, y con mucho cariño conseguimos alcanzar nuestro objetivo: evangelizar».
Después de la bendición final, en la cual fue concedida la indulgencia plenaria a los fieles, fue iniciada la procesión con las imágenes de Dios Niño, Santa Dulce de los Pobres y Nuestra Señora de la Concepción de la Playa; esta última estaba en un andor ornamentado con rosas de colores rosado y blanco. (EPC)
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