Ciudad del Vaticano (Lunes, 16-12-2019, Gaudium Press) Este viernes pasado, fue realizada en la Capilla Redemptoris Mater, en el Vaticano, la segunda predicación de Fray Raniero Cantalamessa para el Adviento. En el Adviento de este año, el tema que el Predicador oficial de la Casa Pontificia escogió para desarrollar fue «Encontraron al Hijo con María, su madre».
Fray Cantalamessa reflexionó, este lunes de Adviento, sobre el tema «María en la visitación»: ¡Mi alma engrandece al Señor! El encuentro contó con la presencia del Papa Francisco y los miembros de la Curia Romana.
María en la visitación
En la primera predicación de este Adviento, el capuchino meditó sobre»María en la Anunciación». El viernes habló sobre «María en la Visitación».
Fray Cantalamessa invitó a subir a la montaña con María, rumbo a la casa de su prima Santa Isabel, donde entona su cántico de alabanza, el Magníficat.
El predicador afirmó que podemos comprender la importancia de este cántico en el ámbito del «Evangelio de la infancia» de Lucas, por formar parte integrante de la narrativa histórica. Se trata de un embrión de la liturgia navideña, para nuestra salvación. Los cánticos bíblicos representan la «Palabra de Dios», inspirada por el Espíritu Santo.
El Magníficat
El sacerdote franciscano recuerda que el canto del Magníficat es una inspiración del Espíritu Santo. Para él este cántico de María contiene una mirada nueva sobre Dioes y una mirada nueva sobre el mundo.
El predicador preguntó: ¿cómo aplicar a nosotros, a la Iglesia y al alma este cántico de María?
Fray Cantalamessa respondió que con el Magníficat, María nos enseña, substancialmente, dos cosas: ser fervorosos con Dios y críticos o realistas con nosotros mismos y con los hombres. ¡María enseña a la Iglesia a ser profética y a proclamar al mundo lo que Dios hizo en la historia de la salvación!
Escuela de conversión
El predicador de la Casa Pontificia presentó el Magníficat como una verdadera escuela de conversión: Dios mantiene distancia de los soberbios, pero eleva a los humildes y pequeñitos; está del lado de los necesitados y los hambrientos.
Fray Raniero dice que, por eso, María nos exhorta, con ternura materna, a imitar a Dios, haciendo nuestra su elección. Ella nos indica los caminos de Dios.
En fin, para el predicador de la Casa Pontificia, el Magníficat es una maravillosa escuela de sabiduría evangélica. ¡Una escuela de conversión continua!
Gracias a este maravilloso cántico, María continúa engrandeciendo al Señor por todas las generaciones. ¡»Magnifiquemos juntos al Señor»! (JSG)
(De la Redacción de Gaudium Press, con informaciones de VaticanNews)
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