Ciudad del Vaticano (Martes, 07-01-2020, Gaudium Press) Durante la oración del Ángelus, el pasado domingo, II después de Navidad, en la Plaza San Pedro, el Papa Francisco exhortó a acoger «con alegría y gratitud» el plan divino de amor «para el hombre y el mundo», realizado en Jesucristo.
Francisco explica cómo Jesús continúa viniendo a nosotros para que cada uno pueda responder al llamado de ser santo en la caridad, preservando la gratuidad del don que Dios nos dio.
Una novedad impactante: Jesús se hizo carne, es el guía de nuestra vida
Hablando a millares de fieles y peregrinos, Francisco recordó que todavía en estos días continuamos contemplando la «señal admirable del Pesebre» e invitó a «ampliar la mirada» y tomar conocimiento de la «plena consciencia del significado del nacimiento de Jesús» a través de las lecturas bíblicas que la liturgia propone para este domingo. En particular, el Papa recomendó la carta de San Pablo Apóstol a los Efesios y el Evangelio.
Para Francisco, «El Evangelio, con el Prólogo de San Juan, nos muestra la novedad impactante: el Verbo eterno, el Hijo de Dios, ‘se hizo carne’. Él no solo vino para vivir entre el pueblo, sino se tornó uno del pueblo, ¡uno de nosotros! Después de este evento, para orientar nuestras vidas, no tenemos más sólo una ley, una institución, sino una persona, una Persona Divina, Jesús, que guía nuestras vidas, a hacer el camino porque Él lo hizo primero.
Evangelio de Cristo no es una fábula
El Pontífice afirma que «la Liturgia de este domingo nos dice que el Evangelio de Cristo no es una fábula, no es un mito, ni una historia edificante. El Evangelio de Cristo es la plena revelación del plan de Dios para el hombre y para el mundo.
«Es un mensaje al mismo tiempo simple y grandioso, que nos lleva a preguntarnos: ¿qué proyecto concreto el Señor colocó en mí, actualizando todavía su nacimiento entre nosotros? Es el apóstol Pablo que sugiere la respuesta: ‘Dios nos escogió para ser santos e inmaculados delante de Él en la caridad'».
Significado de la Navidad: Tornarse santos en el amor
Francisco mostró cuál es el significado de la Navidad.
«Si el Señor continúa viniendo a nosotros, si continúa dándonos el don de su Palabra», es para que cada uno de nosotros pueda responder al llamado a «tornarse santos en el amor».
Santidad es preservar el don que Dios nos dio. Solo esto: preservar la gratuidad. Esto es ser santo. Por tanto, quien acoge la santidad en sí mismo como un don de gracia, no puede dejar de traducirla en acciones concretas en la vida cotidiana. Este don, esta gracia que Dios me dio, yo la traduzco en acción concreta en la vida cotidiana, en el encuentro con los otros.
Esta caridad, esta misericordia para con el prójimo, reflejo del amor de Dios, al mismo tiempo que nos purifica el corazón y nos dispone al perdón, nos torna día tras día «inmaculados», pero inmaculados no en el sentido de que yo remuevo una mancha: inmaculados en el sentido de que Dios entra en nosotros.
El don, la gratuidad de Dios entra en nosotros y nosotros la preservamos y la damos a los otros. (JSG)
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