Analista identifica pérdida del sentido de lo sagrado en ataques a templos en Francia

Washington (Martes, 7-1-2020, Gaudium Press) El Director de Investigación en el Instituto Acton de Estados Unidos, Samuel Gregg, publicó para la revista The Spectator un artículo en el que alertó sobre una oleada de ataques a templos en Francia que lleva varios años desarrollándose. Si bien los motivos de los ataques no siempre son religiosos, los hechos comprueban una preocupante pérdida del sentido de lo sagrado que debería alertar a todos los ciudadanos, creyentes y no creyentes por igual.

Un Sagrario en la parroquia de Saint-Vincent-des-Vignes en Loire-Atlantique fue objeto de una profanación el 30 de diciembre de 2019, uno de los casos más recientes de ataques a templos católicos. Foto: L’Observatoire de la Christianophobie.

«Sólo en 2017, según el Ministerio del Interior de Francia, se cometieron 878 actos de vandalismo contra lugares de culto, cementerios y santuarios cristianos. Eso es un promedio de casi dos y medio lugares como objetivo de las acciones todos los días», indicó Gregg, quien recordó ejemplos de ataques recientes que demuestran que esta realidad no ha cambiado. «Los funcionarios del gobierno minimizan el problema. Como me dijo un Obispo francés, creen que dirigir la atención a los incendios y el robo de las iglesias podría alentar el comportamiento imitador. Pero, agregó, también temen que la publicidad pueda alimentar una preocupación existente entre la población: que el estado no tiene el control total de la ley y el orden».

Según el experto, el clima de protestas en el país y la falta de control de las autoridades sobre algunos lugares es la fuente de ese temor, mientras que la prensa ha permitido el silenciamiento sobre los ataques a los templos. «Es por eso que se debe recurrir a organizaciones como el Observatorio de Intolerancia y Discriminación contra los Cristianos en Europa, con sede en Viena, para descubrir qué está sucediendo», expuso el autor.

Los ataques registrados tienen una variedad de motivos: desde el odio a la fe alimentado por grupos extremistas islámicos como en el ataque incendiario a Saint-Pierre du Martroi en Orléans, hasta el uso de drogas que pudo ocasionar el ataque incendiario a las puertas de Saint-Sulpice, el segundo templo más grande de París el 17 de marzo de 2019, por parte de un hombre sin hogar. Numerosos incidentes son motivados por la intención de robar el rico patrimonio de arte sacro conservado en los templos, una tendencia que también ha afectado otros países europeos. Una última categoría es la motivación sacrílega directa, presente en ataques a templos en Polonia y España, donde el Santísimo Sacramento era de manera evidente el objetivo de los profanadores.

«Sin embargo, me inclino a ver algo más debajo de esta ola de destrucción: la pérdida de un sentido de lo sagrado en gran parte del Viejo Continente», subrayó Gregg, quien manifestó su preocupación por la falta de consideración de la importancia de las creencias que «guste o no a alguien, jugaron un papel central en el desarrollo de la identidad occidental y europea». El sentido sagrado de los templos no sólo se limita al uso consagrado al culto divino, sino que los creyentes católicos reconocen los templos como lugares donde Dios mismo habita. «Hoy gran parte de Europa occidental está muy alejada de este entorno cultural», lamentó el experto.

La secularización en medio de la población y sobre todo en la esfera pública tiene un grave efecto sobre los templos: «Muchas iglesias ahora son vistas como un museo más: hermosos edificios históricos con muchas obras de arte maravillosas, pero museos de todos modos», alertó Gregg. «No está claro cómo terminará todo esto. Pero una cosa está clara: una sociedad en la que tantas personas son aparentemente indiferentes a la destrucción y la trivialización de sus lugares sagrados tradicionales seguramente se encuentra en algún tipo de crisis existencial más profunda y posiblemente acumule problemas a largo plazo para sí misma», concluyó. «Y eso es algo que debería preocupar a todos los europeos, creyentes y no creyentes por igual».

Con información de The Spectator.