Ciudad de México (Miércoles, 08-01-2020, Gaudium Press) El Servicio Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME) publicó un artículo de la comunicadora mexicana Alejandra María Sosa Elízaga. El artículo de Sosa surge con un sugestivo título: «Cielo y Tierra: ¿Niños virtuales o virtuosos?».
Educar en la Virtud: no todo es inmediato
El artículo explica que «el uso constante de la tecnología ‘virtual’ acostumbra mal a los niños a esperar que todo se resuelva inmediatamente y con un clic, y a estar con rabia cuando eso no es de esa forma.
«Por eso, es indispensable educarlos en la virtud, para que aprendan a tener paciencia, educarlos a esforzarse, a perseverar, a aceptar los éxitos sin estar orgullosos y las derrotas sin desanimar».
Educar en la Virtud: deber olvidado
Delante de una práctica cada vez más común de los padres de familia de entregar el celular a sus hijos para que se queden calmados, sin preocuparse con cuánto son pequeños, la especialista lamenta que los mayores cedan «delante de las rabietas, dándoles lo que ellos piden, se resignen delante de sus defectos».
De este modo, indica, los padres, «infelizmente dejan de cumplir una misión fundamental para todos los padres, y más aún para los padres católicos: educar a sus hijos en las virtudes y ayudarlos a ejercer el autocontrol, a superar gradualmente sus defectos y, con la gracia de Dios, santificarse».
Cuatro claves para educar bien
Delante de eso, Alejandra María Sosa propone cuatro claves para educar a los niños en el amor a la virtud:
1. Con la ayuda de Dios
«La primera cosa es hablar con ellos de Dios. No confiar que ya están aprendiendo todo en la catequesis. Es importante que ellos vean que en casa Dios está en el centro».
La comunicadora afirma que es necesario «ayudarlos a establecer su relación personal con Jesús. Leer los textos del Evangelio adaptado para niños, a fin de que conozcan a Jesús, lo admiren, lo amen, lo considere su amigo y quieran agradarlo, preguntar qué Él haría en su lugar, y hacerlo».
2. Con la intercesión de María
«Es muy importante que también aprendan a conocer y a amar a María, que la descubran como su Madre amorosa, que cuida de ellos, protege, pide por ellos y los ayuda a ser buenos como Jesús. Rezar con ellos el rosario, alentándolos a pedir su intercesión», explica.
3. Con la amistad de los santos
«Ayuda mucho a los niños conocer la vida de los santos, percibir que eran como ellos, que tenían sus mismos defectos y, entretanto, llegaron a la santidad». Sosa destaca que los niños «pueden tener sus santos favoritos, aquellos que conocen y se identifican más, por algún motivo, y pueden pedirles con confianza en sus oraciones».
4. Trabajar una virtud de cada vez
«Escoger un defecto de carácter; rezar con ellos para pedir a Dios y a María ayuda para superarlo. Colocar pequeñas metas concretas para cada día; incentivar y recompensar la práctica repetida de la virtud contraria a ese defecto, para tener buenos hábitos».
A la noche, indica, pueden «hacer un examen de consciencia junto con ellos para ver si cayeron en eso o no, y por qué, y pedir a Dios la fuerza para no caer en eso al día siguiente».
Para concluir, Alejandra Sosa comenta que «los padres acostumbran a soñar que sus hijos lleguen a las metas escolares, deportivas, sociales, etc., pero la meta más importante que pueden alcanzar es la santidad. Por eso, es importante cultivar en ellos el amor a la virtud, no el vicio a lo ‘virtual'». (ARM)
Con información de AciDigital
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