Ciudad del Vaticano (Viernes, 10-01-2020, Gaudium Press) En la mañana de este jueves, 9 de enero, en la Sala Regia, en el Vaticano, con la presencia de 183 embajadores, fue realizado el tradicional encuentro del Pontífice con los miembros del Cuerpo Diplomático acreditados junto a la Santa Sede que ocurre a cada inicio de año.
Esta es la ocasión para los intercambios de saludos y deseos para el Año Nuevo y es también ocasión para que el Papa pronuncie un discurso acostumbradamente esperado por los diplomáticos, cuando son trazadas las líneas a ser seguidas por la diplomacia vaticana en el año que se inicia.
«Renuevo mi apelo a todas las partes interesadas para que eviten un agravamiento del conflicto y mantengan encendida la llama del diálogo y el autocontrol»: este fue uno de los trechos más incisivos del discurso del Papa Francisco.
Incentivo a trabajar por la paz, con esperanza
Ya al inicio de sus palabras, Francisco incentivó a todos a trabajar con esperanza en favor de la paz: «Un nuevo año se abre delante de nosotros y, como el gemido de un bebé recién nacido, nos invita a la alegría y a asumir una actitud de esperanza. Me gustaría que esta palabra (esperanza) – para los cristianos, es una virtud fundamental – animase la mirada con que sondamos el tiempo que está delante de nosotros.
«Obviamente, esperar exige realismo. Exige que se tenga consciencia de las numerosas cuestiones que afligen nuestros días y los desafíos delante nuestro. Exige que se llamen los problemas por su nombre y se tenga el coraje de enfrentarlos. Exige no olvidar que la comunidad humana trae consigo las señales y heridas de las guerras que se han sucedido con creciente capacidad destructiva a lo largo del tiempo y no cesan de afectar especialmente a los más pobres y los más frágiles.
«Infelizmente, el nuevo año nos aparece constelado no tanto de señales alentadoras, como sobretodo de una intensificación de tensiones y violencias.»
No cesar de esperar
«Es precisamente a la luz de estas circunstancias que no podemos cesar de esperar. Y esperar exige coraje. Exige que se tenga consciencia de que el mal, el sufrimiento y la muerte no prevalecerán y que incluso las cuestiones más complejas pueden y deben ser enfrentadas y resueltas».
La esperanza «es la virtud que nos coloca en camino, da alas para continuar, incluso cuando los obstáculos parecen intraspasables». Con este espíritu, os recibo hoy, queridos embajadores, para formularos mis votos para el nuevo año.
Una mirada por el mundo, los acontecimientos, las esperanzas
En su largo análisis de los acontecimientos y perspectivas para 2020, el Pontífice miró al mundo entero.
Describió problemas, narró realizaciones, expresó deseos para todos los pueblos y habló particularmente de algunas naciones. Sin duda un discurso largo, entretanto, amplio y pormenorizado, que expresó el deseo de que los puntos tratados fuesen captados, comprendidos y ejecutados. Y que fuesen así no solo lo que fue dicho con vehemencia, sino lo que, discreta y diplomáticamente, figuró en las entrelíneas.
El texto completo del discurso del Papa Francisco puede ser leído en https://www.vaticannews.va/pt/papa/news/2020-01/discurso-papa-francisco-corpo-diplomatico.html (JSG)
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