Washington (Lunes, 20-01-2020, Gaudium Press) Defender la libertad religiosa es una tarea que no siempre puede librarse en el campo filosófico, especialmente ante países que no comparten los principios de la cultura occidental. Por este motivo, el trabajo de Sam Brownback, Embajador de los Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional, involucra otros argumentos más pragmáticos, como el beneficio económico.
Sam Brownback, Embajador de los Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional. Foto: Departamento de Estado de Estados Unidos. |
«El dinero es una gallina, no va a ir a donde quiera que haya un conflicto», expuso el Embajador al informativo estadounidense Crux comentando una de las líneas de argumentación empleadas para fomentar políticas de defensa de la libertad religiosa. «Usted se ha descartado de una gran cantidad de inversiones si ha cedido a esta visión monocromática de la religión, que ‘tiene que ser de esa manera [y] a todos los demás los que castigamos’. Realmente se ha congelado de la economía global y no va a crecer».
Si bien este argumento es poco conocido en Occidente, ha logrado un impacto positivo en Asia Central, donde países como Uzbekistán y Kazajstán han adoptado con éxito una visión estratégica sobre la libertad religiosa. «Creo que van a seguir presionando para que el vecindario sea mucho más abierto y se alejen del antiguo estado policial de estilo soviético», comentó el diplomático. Esfuerzos similares se hacen en Pakistán, «un lugar muy problemático durante varios años», donde se llevan a cabo conversaciones con los líderes para evitar casos como el de Asia Bibi, la madre católica que permaneció nueve años en prisión con una condena a muerte por un supuesto delito de blasfemia y fue finalmente exonerada y liberada en 2019. «Están viendo la futilidad y el daño que esto hace a su nación», aseguró.
Uno de los principales retos para la misión diplomática en favor de la libertad religiosa es China. Este país no sólo ha registrado un marcado empeoramiento de la libertad religiosa, sino que en este caso el argumento económico de Estados Unidos no ha podido emplearse, debido a la voluntad del gobierno americano de llegar a un acuerdo comercial con China a pesar de su pobre desempeño en derechos humanos. «He hablado directamente con nuestro negociador comercial, he hablado con toda la gente comercial», afirmó el Embajador. «Ellos entienden que estos son diferentes grupos de problemas. Su única solicitud es que no se aborde el tema de los derechos humanos en las negociaciones comerciales».
Una negociación con China en materia de libertad religiosa es para Brownback un reto mucho mayor al de un acuerdo comercial. «Puedes resolver el acuerdo comercial… levantas esta tarifa sobre la soja, y nosotros levantaremos los aranceles que tenemos sobre los productos importados que vienen de China. Es relativamente fácil», indicó el Embajador. «En materia de derechos humanos, estamos hablando de la necesidad de que cambien lo que hacen al por mayor. Están en guerra con la fe». El diplomático insistió que el país no renuncia a defender la libertad religiosa en China, sino que ha dejado el tema como un asunto separado de las negociaciones comerciales. «Continuaremos presionando, y lo haremos con las herramientas que tenemos», indicó.
Con información de Crux.
Deje su Comentario