Amsterdam (Miércoles, 22-01-2020, Gaudium Press) El periódico católico holandés Katholiek Nieuswblad publicó un informe sobre las «consecuencias económicas y sociales del cierre de templos», una investigación desarrollada durante un año. En sus conclusiones, el informativo alertó sobre los bajos índices de participación de los fieles en la Eucaristía y la posibilidad de que los cierres motiven a comunidades enteras a dejar de practicar su fe.
La preservación de los templos no depende únicamente de los recursos económicos sino de la activa participación d elos fieles. Foto: The Mask and Mirror. |
El preocupante panorama fue expuesto por el editor en jefe del periódico, Anton De Wit, como «el punto inicial de una nueva reflexión muy necesaria sobre el futuro de la Iglesia», en momentos en que la oleada de secularización puede no haber llegado a su punto más alto. Ejemplos como la Diócesis de Utrecht, donde se propuso que 326 parroquias sean fusionadas en 48 unidades territoriales, motivaron protestas de fieles católicos que aleraban sobre la «destrucción de comunidades». Pero la realidad analizada en el reporte es más compleja.
«Se ha esperado que las personas lleguen a la conclusión obvia: que si usted desea que su templo continúe abierto, no sólo necesita apoyarlo financieramente, también tiene que asistir más a él», expuso uno de los editores, Peter Doorakkers. «Pero si usted mira los números en las Eucaristías ahora y las edades promedio, es obvio que más templos cerrarán en el futuro cercano».
Un análisis de las comunidades cuyos templos habían cerrado ofreció datos preocupantes. En lugar de incorporarse a otras parroquias, muchos fieles dejan de asistir a la Iglesia o incluso asisten a servicios religiosos de otras denominaciones que adquieren los templos. Las parroquias que conservan su vitalidad están conformadas por polacos y otras minorías católicas. Mientras diversas parroquias hacen esfuerzos de renovación y registran buenos resultados, «es necesariamente a pequeña escala», advirtió el editor.
La asistencia a la Eucaristía ha declinado de manera pronunciada, mientras que el país se ha mantenido a la vanguardia mundial en la introducción de políticas contrarias a la moral católica como la legalización de la prostitución, el consumo de marihuana, la eutanasia y las uniones no equiparables al matrimonio. El número de los sacerdotes disminuyó y el número de sacerdotes extranjeros sirviendo en el país aumentó al doble, representado hasta un 22 por ciento del total.
Con información de Catholic Sun.
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