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Anunciad el Evangelio a toda criatura

Redacción (Jueves, 23-01-2020, Gaudium Press) Después de la pesca milagrosa realizada en el Mar de Tiberíades, en cuyas márgenes Cristo resurrecto se alimentó de pescado y pan, los Apóstoles, conforme instrucciones de Nuestro Señor, se dirigieron a una montaña de Galilea.

Llegando al lugar indicado, el Redentor les apareció y todos se prosternaron (cf. Mt 28, 16-17).

Jesús solo escribió una vez y sobre la arena

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Lugar de la Primera Misa en Argentina, Puerto San Julián

Dijo Jesús: «¡Id por el mundo entero y anunciad el Evangelio a toda criatura! Quien crea y sea bautizado será salvado. Quien no crea será condenado» (Mc 16, 15-16). Para anunciar el Evangelio a las otras personas, es importante explicarles la Doctrina Católica. Pero eso no basta. Explica Monseñor João Clá: «Sabemos que Nuestro Señor Jesucristo nada dejó escrito, ni siquiera un recado, cuando podría haber redactado textos de extraordinario valor. ¿Qué sería la obra de un Dante Alighieri, un Camões o un Calderón de la Barca al lado de su divina literatura?» En los Evangelios consta que Él solo escribió una vez y sobre la arena, cuando en el suelo del Templo anotó con el dedo los pecados de los judíos impíos que acusaban la mujer adúltera (cf. Jn 8, 6.8).

Uno de sus objetivos era constituir una obra y, mucho más allá de cualquier libro, tener modelos, tipos humanos para realizar una acción directa, de persona a persona. «Fue lo que Él hizo: fundó la Iglesia, institución inmortal que se basa mucho más en el apostolado personal y en la acción de presencia que en una producción intelectual».

«Es importante la doctrina, pero ella, de sí, no es suficiente para convertir las almas, porque ‘la letra mata, pero el espíritu vivifica’ (II Cor 3, 6). Luego, ella precisa ser difundida ‘por el mundo entero’, mediante el envoltorio del Evangelio, esto es, los principios tornados vida.»

Belleza: un reflejo saliente y penetrante de la existencia de Dios

El verdadero apóstol precisa proclamar la Doctrina Católica en su integridad, y no querer adaptarla a los errores del mundo. Afirma San Pablo: «Aunque nosotros mismos o un Ángel del Cielo os anuncie un Evangelio diferente de aquel que os tengo anunciado, sea anatema» (Gl 1, 8).

Debemos anunciar (en el sentido más adelante explicado) el Evangelio a toda criatura (cf. Mc 16, 15), o sea, no solo a los hombres, sino también a los animales, vegetales, minerales e inclusive a los Ángeles. Enseña el Apóstol: «fuimos entregados en espectáculo al mundo, a los ángeles y los hombres» (I Cor 4, 9).

«La universalidad del anuncio se prende a que todo fue concebido en función del Hombre-Dios. El Verbo es la causa eficiente, la causa ejemplar y la causa final de toda la creación (cf. Cl 1, 16-17). De Él parte y para Él tiene que volverse su obra.

«De este modo, nuestra actuación, como bautizados, debe visar la disposición de todas las cosas teniéndolo como centro. Predicar, entonces, el Evangelio a una clase implica en hacerla bella y al mismo tiempo funcional, a fin de que dé gloria a Dios por el hecho de existir.

«La belleza es uno de los reflejos más salientes y penetrantes de la existencia de Dios, y quien contempla algo esplendoroso fácilmente se eleva hasta Él.

«Para llevar el Evangelio a toda criatura es necesario abrazar la via pulchritudinis [vía de la belleza], uno de los medios más eficaces de propagar las maravillas traídas al mundo por Cristo. Esto significa sacralizar los gestos, el modo de comportarse o de ejecutar cualquier tarea, desde cultivar la tierra de manera a obtener frutos de aspecto atrayente hasta erigir predios de acuerdo con padrones inspirados en el Evangelio. En una palabra, es querer que la Tierra se transforme en un verdadero Paraíso».

Gregoriano, polifónico y estilo gótico

Excelentes instrumentos de apostolado son los cantos gregoriano – o canto llano – y polifónico, así como el estilo gótico. Comenta el Dr. Plinio Corrêa de Oliveira: «Tanto el canto llano como el polifónico tienen eso de propio: cada nota es una meditación sobre el sentido de la palabra que está siendo dicha, es una toma de posición piadosa, a veces triste, a veces alegre, a veces afectuosa, a veces encantadora, a veces reparadora, a veces eucarística a respecto de aquello que está siendo afirmado.»

Huysmans (1848-1907) y Paul Claudel (1863-1955), grandes escritores, recibieron insignes gracias de conversión al oír cánticos gregorianos.

El gótico

«Además de fuerte, el estilo gótico tiene una seriedad que confiere al interior de sus edificios un cierto recogimiento, una compostura propia de quien es profundamente serio.

«La luz que en ellos penetra no es común, sino tamizada por el colorido maravilloso de los vitrales, haciéndonos pensar en un día ideal, en un sueño que está del lado de afuera. […]

«Lo gótico es, en el fondo, un magnífico reflejo de lo inmenso, inagotable y fabuloso espíritu de la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana».

La gracia divina

Para ser verdaderos apóstoles precisamos tener vida interior, la cual es proporcionada por la gracia divina: un don sobrenatural infundido por Dios en nuestra alma, que nos da una participación de la propia naturaleza divina (cf. II Pd 1, 4).

«El papel de la gracia consiste exactamente en iluminar la inteligencia, en robustecer la voluntad y en temperar la sensibilidad de manera que se vuelvan para el bien».

«Si tenemos vida interior y Jesucristo vive en nosotros por la piedad, por la vida sobrenatural, por la moral, por el deseo de santificarnos, por la fidelidad a la ortodoxia – que es un imperativo del primer mandamiento: amar a Dios sobre todas las cosas -, cuando esto sucede, entonces Nuestro Señor se sirve de nosotros como de una tribuna, un púlpito o una cátedra y, a través de una osmosis que se nota en nuestras palabras y en todo nuestro ser, Él enseña a los otros».

Dijo San Pablo: «Ay de mí, si yo no predico el Evangelio» (I Cor 9, 16).

Roguemos a Nuestra Señora la gracia de ser apóstoles intrépidos que, por la palabra y el ejemplo, busquen en todo la gloria de Dios y la salvación de las almas.

Por Paulo Francisco Martos

(in Noções de História Sagrada, 223)

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Bibliografía

CLÁ DIAS, João Scognamiglio. EP. O inédito sobre os Evangelhos. Vaticano: Libreria Editrice Vaticana; São Paulo: Instituto Lumen Sapientiae, 2014, v. III, p. 372. 2- Idem, ibidem, p. 373.

CORRÊA DE OLIVEIRA, Plinio. A música dos Anjos no Céu. In revista Dr. Plinio, São Paulo. Ano XX, n. 236 (novembro 2017), p. 34.

CORRÊA DE OLIVEIRA, Plinio. Reflexo do inesgotável espírito da Igreja. In revista Dr. Plinio, São Paulo. Ano II, n. 16 (julho 1999), p. 33-34.

CORRÊA DE OLIVEIRA, Plinio. Revolução e Contra-Revolução. 5. ed. São Paulo: Retornarei. 2002. p. 131.

CORRÊA DE OLIVEIRA, Plinio. Jesus vivendo em Maria. In revista Dr. Plinio, São Paulo. Ano XXII, n. 254 (maio 2019), p. 11.

 

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